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San Cristóbal, de la incertidumbre a la ilusión

El centro de Educación Especial adaptará normas impuestas por el covid, como los tres recreos, una vez superada la pandemia

La docente Margot Selgas dirige una clase, con Rubén Velasco en el centro y los alumnos Raúl Dacosta y Myriam Jiménez.

La incertidumbre del inicio del pasado curso escolar ha sido sustituida por la ilusión. Lo dice el director del colegio de Educación Especial de San Cristóbal, Rubén Velasco, un centro que contará este año con 94 alumnos frente a los 88 del pasado. “En los últimos años estamos creciendo una media de cinco o seis alumnos y supone como un curso más en centros normalizados”, apunta Velasco.

Las restricciones sanitarias han traído consigo la organización de las entradas y salidas y la necesidad de establecer tres turnos de recreo frente a uno. “Esos cambios vienen para quedarte, lo peor de la pandemia en el centro es la socialización, la parte emocional ya que el alumnado queda reducido a su grupo burbuja, este año, cambia un poco más al aire libre que se podrán mezclar grupos”, explica el director del centro.

Margot Selgas es la profesora de Transición a la vida adulta. “Preparamos a los alumnos para la vida en el mundo real, para que sea lo más autónomos posibles, tenemos un taller de habilidades domésticas...”, señala Selgas al tiempo que explica que el “curso pasado fue difícil, ya que los grupos eran muy cerrados, este curso, de acuerdo al protocolo covid, se podrá hacer algo más”.

En clase están Raúl Dacosta, David Carón y Myriam Jiménez y los tres, aunque llevan a rajatabla las medidas anticovid consideran que el uso de las mascarilla “es un rollo”.

Con respecto a los cambios de un año a otro, Velasco detalla que las entradas y salidas están ahora más reguladas.

Una docente acompaña a dos alumnos a una de las aulas del colegio de Educación Especial avilesino. | Mara Villamuza

“Los profesores salen a recibirlos a la hora en cuestión y ya no tienen que esperar a entrar todos juntos tras escuchar el timbre, que generaba ansiedad a algunos alumnos”, destaca el director del San Cristóbal. Los recreos también han cambiado. Ahora hay tres y no uno con noventa pequeños con necesidades especiales. “Para ellos es mejor, están treinta a la vez y los profesores, que antes tenían un recreo a la semana, ahora tiene un día sí y otro no, y todos están más contentos, hay menos alumnos”, detalla Velasco.

La socialización es la tarea pendiente. La vacunación ha permitido que buena parte del profesorado y el alumnado del centro tenga ya la pauta completa, sin embargo, de acuerdo al protocolo covid, aún es necesario mantener las distancias y los grupos burbuja. Aún así, dado la positiva evolución de la pandemia, los pequeños de diferentes clases pueden compartir espacios en el recreo, al aire libre, y mantener vivas las relaciones sociales que el pasado año estaban limitadas a un reducido número.

“El primer trimestre será de transición, esperamos que para el segundo y el tercero podamos hacer más cosas, más actividades grupales dada la flexibilidad que nos pueden dar los buenos datos de la pandemia”, indicó Velasco, que aplaudió el respeto y el cumplimiento de las normas covid por parte del alumnado. “Nadie incumplió las normas”, recalcó Velasco, que recordó además que “el alumnado ha resistido como el que más y son un ejemplo en esta pandemia”, concluyó.

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