El pequeño Enol Rodríguez supervisa que el recién nacido de juguete que se recupera en una incubadora casera en el pasillo de su cole, Marcelino, evoluciona de forma favorable tras un alumbramiento prematuro. Ángela Rachel Lebron, Salma Talavera y Elena Álvarez comprueban el correcto funcionamiento de una mascarilla de oxígeno. En el suelo, Mael Rodríguez, Daniel Miranda y Adriana Fernández atienden a su compañera Manuela Fernández mientras simula una indisposición.
En el Marcelo Gago se juega y se aprende sobre el cuerpo humano en un hospital improvisado. El pasillo y las aulas de Infantil se están convirtiendo en una especie de San Agustín en miniatura. El centro trabaja con proyectos y este trimestre toca el cuerpo humano y los sentidos. Y para que el aprendizaje sea divertido, la comunidad educativa ha montado su propio hospital para acercar al aula el sistema sanitario.
“Tenemos metodologías activas, aprendizaje lúdico. Porque sin diversión no hay aprendizaje. A los pequeños les atrae mucho el ámbito de la salud, los hospitales. Gracias a la colaboración de muchas familias, estamos montando nuestro propio hospital”, explica Pilar García, maestra de Audición y Lenguaje y coordinadora de Infantil del Marcelo Gago.
En el colegio de La Magdalena tienen una incubadora de juguete elaborada con todo lujo de detalles por la madre de un alumno y también utensilios reales donados por el hospital gijonés de Cabueñes: vendas, jeringuillas, palitos de PCR, mascarillas de oxígeno y hasta radiografías. “Lo real es mejor que el maletín de la juguetería y mediante metodologías activas se puede aprender de forma natural”, prosigue la maestra.
El proyecto abarca al alumnado de tres a seis años, las seis aulas de Infantil. Y se adapta a cada área. Así lo explica Pilar García: “Yo doy clase de prevención y lenguaje y con una botella que contiene unos globos que simulan los pulmones les enseño cómo se inflan, cómo funciona el diafragma. En Psicomotricidad cantan y bailan moviendo diferentes partes del cuerpo y en inglés aprenden vocabulario sobre el cuerpo humano”.
Durante todo este trimestre estará en funcionamiento el Hospital Marcelo Gago. Esta semana se han inaugurado las Urgencias. En unos días estarán listas el resto de áreas. Porque en este cole avilesino una clase es la consulta de Cardiología, otra la de Digestivo. Y hay hasta sala de espera.
Por ahora, por esto de las burbujas que impuso el covid, el alumnado de cada aula pasa por este particular hospital por separado. El centro confía en que pronto se levante esa restricción: “Estamos esperando a que nos podamos juntar. Cuando todas las aulas puedan usar los pasillos, podrán jugar conjuntamente los pequeños de 3, 4 y 5 años”, explica García.
Estos sanitarios menudos disfrutan con este método de aprendizaje. “Les llama todo la atención, desde ponerse el gorro y los guantes a las radiografías, les encanta verlas. También disfrutan mucho con las vendas, las manejan muy bien”, añade la maestra. En el Marcelo Gago los que ponen las vacunas a los profes son los más peques de la clase.
