A los avilesinos no les ha pasado desapercibida la presencia en las calles de Avilés de un BMW 225 XE Active Tourer rotulado con los distintivos de la Policía Local y provisto del característico dispositivo luminoso que distingue a los vehículos de emergencias. Tan chocante es la visión que, según comentan los agentes, “hay personas que le hacen fotos”.

Ciertamente, no es frecuente que una marca como BMW, identificada con coches de alta gama, motorice a un cuerpo policial, pero en Avilés habrá que ir acostumbrándose porque fruto de un acuerdo con la firma de renting AT Capital, perteneciente al grupo empresarial Autosa, la flota de coches de la Policía Local se va a ir renovando paulatinamente para dar paso a vehículos eléctricos e híbridos enchufables. De este modo, los agentes se suben al carro de la movilidad sostenible y dan ejemplo de ahorro energético y descarbonización.

El BMW que se deja ver por las calles avilesinas es un vehículo de la variante híbrida enchufable con etiqueta “cero emisiones” y puede recorrer, según pruebas realizadas por periodistas especializados, una distancia de 294 kilómetros con 20 euros de gasto.

Con su llegada a la ciudad, Avilés sigue la misma senda de electrificación de su flota policial por la que camina desde el pasado miércoles Gijón y hace más tiempo Oviedo, Haro (La Rioja), Castellón, Ponferrada, Valladolid, Legazpi (País Vasco), Don Benito (Extremadura), Málaga o Palencia... por citar algunos de los municipios que fueron pioneros en dotar de coches eléctricos a sus respectivas policías locales.

El híbrido enchufable incorporado al parque móvil de la Policía Local presta servicio como coche polivalente. Posee una batería de mayor capacidad que los híbridos convencionales que se puede cargar desde una fuente externa de energía eléctrica, como una toma de corriente doméstica o un punto de carga habilitado. Se pueden recorrer, en el mejor de los casos, hasta 40 kilómetros como si fuera un coche eléctrico y para mayores exigencias dispone de carburación con gasolina.

La previsión es que antes de acabar el año llegarán otras dos unidades de BMW (siempre en régimen de renting), pero adaptados a las necesidades de patrullaje.

Así, de los cuatro coches patrulla de los que dispone la Policía Local de Avilés, la mitad muy pronto serán “eco”; en una segunda fase lo serán los cuatro.

En cuanto a los dos coches K (no rotulados) que los agentes utilizan para servicios administrativos, la intención es cambiarlos por vehículos cien por ciento eléctricos. La razón de no hacer lo mismo con los coches patrulla es que éstos ruedan durante más horas cada día y resulta poco menos que imposible cumplir con los periodos de carga.

En cuanto a la motocicletas, si bien existe el deseo de poner a prueba unidades eléctricas, de momento no se llevará a cabo tal propósito por el elevado coste que aún tienen esos modelos.