Bajo el jardín del edificio administrativo del Principado, situado en el número 8 de la calle del Muelle de Avilés, se conserva un potencial arqueológico enorme. Así lo creen los profesionales de la empresa Castrum Arqueología, Restauración y Gestión Cultural, que está analizando las catas realizadas en la zona. En una excavación de apenas seis metros cuadrados, realizada el verano pasado, los arqueólogos han localizado objetos y materiales que permiten abrir nuevas vías de investigación y documentar la fundación y la historia constructiva posterior del recinto amurallado avilesino. Entre esos hallazgos destacan dos monedas y una hebilla de cinturón de la Edad Media, restos cerámicos y una pesa de red de pesca de cerámica de Miranda. En el subsuelo, creen los expertos, puede haber muchísimo más.

Monedas localizadas entre los restos de la muralla de Avilés.

“Hemos localizado materiales y objetos variados, desde época medieval a la moderna. Todavía hay mucha incertidumbre sobre los orígenes de las producciones de la cerámica de Miranda, por ejemplo. Aquí hemos localizado un lote importante de cerámicas que nos permitirá ir definiendo algunas características de esas producciones más antiguas. También hemos hallado algunos elementos metálicos: hierros, bronces, un par de monedas...”, explica la arqueóloga Patricia Suárez Manjón.

El otro tesoro hallado entre los vestigios de la muralla incluye una moneda de Alfonso XI, otra de Alfonso X y varias de épocas mucho más recientes. “Las medievales aparecen dentro de un contexto que nos fecha unos depósitos asociados a la muralla que tienen que ver con la cronología. Están en estudio, en proceso de restauración, consolidación y hay que sacar más datos. Tenemos solo la identificación inicial”, añade la experta. También han salido a la luz otros elementos metálicos, como una hebilla de cinturón de bronce de estilo gótico, de final de la Edad Media (de en torno al siglo XV) y elementos de uso más cotidiano, como clavos.

Restos de cerámicas medievales localizados en Avilés.

En lo que se refiere a los restos cerámicos, el equipo de Castrum ha localizado un lote importante de época moderna que está poco estudiado, piezas medievales y producciones francesas que venían por comercio marítimo de la zona de La Saintonge desde el puerto de La Rochelle. “Hay un lote bastante importante aquí también que nos habla un poco de las relaciones comerciales del puerto de Avilés con los de Francia. Tenemos producciones tradicionales ya de época moderna y contemporánea y cerámicas medievales que tienen la tipología común de otros yacimientos, con la excepcionalidad de las francesas, que nos hablan de importaciones”, ahonda Suárez Manjón.

Todos los materiales y objetos localizados se encuentran en proceso de restauración, paso previo a su depósito en el Museo Arqueológico de Asturias, y salieron a la luz en dos sondeos muy pequeños, en el jardín de la trasera del edificio administrativo del Principado de la calle El Muelle.

Hebilla de bronce del siglo XV.

En el informe que remitieron al Ayuntamiento, los arqueólogos inciden en el “potencial arqueológico enorme de esa a zona, sobre todo en el exterior de la muralla”. “En el exterior se pueden encontrar cosas relacionadas con la actividad portuaria, la muralla hace de contención y el interior es bastante fértil a nivel arqueológico”, apunta Alejandro García, compañero de Suárez Manjón. Estos expertos creen que un proyecto de excavación más ambicioso en ese entorno “podría cambiar la imagen que se tiene del Avilés medieval”: “Habría que seguir haciendo excavaciones para tener más dataciones y una secuencia para ajustar más la cronología de la muralla. Y sobre todo, por el potencial de materiales que nos hablen de esa ocupación, de esas relaciones comerciales, del tipo de hábitat... Es un sitio muy interesante”.

El equipo de Castrum ha podido comprobar que hay rellenos de época medieval desde la construcción original de la muralla hasta el siglo XIX, que se van superponiendo. “Cogimos unas muestras que están en estudio y que serán muy interesantes para analizar los pólenes, las semillas o las esporas que hay en cada estrato, del siglo XI en adelante. Se podría ir viendo la evolución del paisaje, la vegetación... es un archivo de la historia del paisaje vegetal de Avilés en los últimos mil años”, concluyen.