En algo así como el “Gran Hermano” avilesino. En eso se ha convertido la calle Emile Robin, sin duda la más vigilada de la ciudad desde el pasado 9 de marzo, fecha en que entró en servicio el bolardo que impide el acceso de vehículos no autorizados a la vía. Patrullas de la Policía Local, un sistema de videovigilancia y el ya citado pivote controlan el cumplimiento de la normativa de tráfico. Desde entonces son ya muchos los conductores que se han dado de bruces contra el bolardo: esta mañana, el último. En el incidente no se han producido daños personales. Los comerciantes de la zona, especialmente de Sabugo y Hermanos Orbón, exigen la retirada del pivote.