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Lope y Peris-Mencheta se desmelenan

Los teatros Palacio Valdés y Jovellanos acogen el montaje musical de “Castelvines y Monteses” tras un año de pandemia y cierres perimetrales

Una imagen promocional de “Castelvines y Monteses”.

La versión musical de “Castelvines y Monteses” ya ha llegado a Asturias (esta noche, a las 20.15 horas, en el teatro Palacio Valdés, en Avilés; mañana, sábado, a las 20.30 horas, en el teatro Jovellanos, de Gijón). Es una comedia que escribió Lope de Vega en el siglo XVII basándose en el mismo cuento que utilizó William Shakespeare cuando escribió “Romeo y Julieta”. “La diferencia es que nuestra versión tiene final feliz”, destaca Paula Iwasaki, una de las protagonistas de un espectáculo que nació en pleno confinamiento –por el empeño del director y productor Sergio Peris-Mencheta– y que se había programado el pasado otoño, pero sin éxito. Los cierres perimetrales del estado de alarma dejaron sin teatro a los asturianos. “Teníamos muchas ganas de ir”, añade la actriz al otro lado del teléfono.

Los vínculos de Iwasaki con “Castelvines y Monteses” son de largo recorrido. “Pertenezco a la cuarta promoción de la Joven Compañía de Teatro Clásico. Me enteré en 2016 que Sergio Peris- Mencheta quería hacer esta obra. No la hizo: Roberto Cerdá dirigió entonces ‘La villana de Getafe’. Pero eso entonces no lo sabía: me presenté a las pruebas. Luego me vuelvo a enterar de Peris retoma la idea. A finales de 2019 se convocan las pruebas y me dije: ‘esto es una señal’”, cuenta Iwasaki, que junto a doce actores más montan la fiesta que se representa este fin de semana en Asturias.

“Cantamos, bailamos, decimos versos, tocamos en directo... al final, el público termina bailando en sus butacas”, explica la actriz que recuerda un proceso de producción muy accidentado: “Llegó la pandemia, empezamos los ensayos en julio. Estaba Peris, pero los últimos quince días no pudimos ensayar: hubo un brote de covid y encima Peris tenía que volver a los Estados Unidos porque tenía que rodar su serie. La última parte del trabajo la montamos con él al otro lado de la pantalla, conectados por zoom”, reconoce. “Luego vinieron los cierres de los teatros, los aforos recortados..., pero hemos estado un mes en Madrid y ya por fin podemos ir a Asturias”.

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