Cómo arreglar el mar desde dentro

El impulso de una entidad pesquera, con reconocimiento estatal, enfatiza la protección del medio marino y a quienes de él viven

Una de las anclas de La Peñona y, al fondo, la bahía de Salinas.

Una de las anclas de La Peñona y, al fondo, la bahía de Salinas. / C. JIMÉNEZ

C. Jiménez

Avilés

El sector pesquero dio ayer un paso de gigante en la consolidación de estructuras que mejoren la comercialización de los productos de la pesca y la defensa de los intereses del sector. La apuesta por la mejor organización que supone la nueva entidad de productores pesqueros que vio la luz en el Museo Marítimo de Luanco va a permitir importantes avances para un sector que siempre ha demostrado su capacidad para hacer frente a todas las adversidades, al tiempo que ha sido capaz de avanzar en la mejora de los procesos de gestión y organización interna.

Con noticias como esta podemos afirmar que la pesca asturiana está de enhorabuena. Podrán optar ahora ayudas de ámbito comunitario que se conceden para la preparación y aplicación de los planes de producción y comercialización de las Organizaciones de Productores Pesqueros (OPPs) y de las Asociaciones de Organizaciones de Productores Pesqueros. De hecho, las casi una treintena de OPPs de Francia, Países Bajos, Alemania, Irlanda, Polonia, Suecia, Dinamarca, Bélgica y España representan ya a cerca de 10.000 pesqueros que comercializan al año unos 3,5 millones de toneladas de productos del mar, valorados en primera venta en unos 3.000 millones de euros.

No en vano, estas organizaciones profesionales, que desde ahora cuentan también con representación asturiana, permiten orientar a sus miembros hacia la pesca y la acuicultura sostenibles, en particular gestionando colectivamente sus actividades; pueden igualmente tomar medidas para canalizar el suministro y la comercialización de los productos pesqueros y promover, además, acciones para reducir el impacto ambiental de las actividades de pesca o acuicultura.

El futuro de la humanidad está tanto en la exploración del espacio como en la del mar, al que hay que dedicar muchos más esfuerzos en investigación y tecnología, defiende Fabien Cousteau, explorador marino de tercera generación, nieto del famoso Jacques Cousteau, e hijo de Philippe Cousteau, conocido en la comarca a través del espacio que se le ha dedicado a en el Museo de Anclas en La Peñona. El destacado oceanógrafo reconoce que, pese a la importancia del mar para el hombre, todavía se sabe muy poco del mundo marino. Tanto es así que su abuelo y la bióloga Sylvia Earle, premio “Princesa de Asturias” de la Concordia 2018 , han venido llamando la atención sobre el escaso conocimiento de los océanos: aproximadamente un 5% de toda su superficie.

“Gastamos 150 veces más en la exploración del espacio que en la exploración del mundo submarino cuando es vital para la supervivencia humana”, ha alertado Fabien Cousteau. Ojalá las organizaciones de productores de pesca vengan a paliar este déficit.

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