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La muerte apaga la voz de la talentosa cantante Patricia Vallina López

“Luchó como un titán contra la enfermedad, amaba la vida”, destacan en medios musicales

Patricia Vallina, en una actuación en el Santacecilia. | Manolo Egocheaga

Escuchando cantar a Patricia Vallina (Salinas, 16 de diciembre de 1971) había quien ensoñaba estar oyendo a Amy Winehouse. Lamentablemente, ya no caben comparaciones porque en ambos casos sus vidas acabaron prematuramente: en 2011 la de la diva británica y el pasado viernes la de la cantante castrillonense, cuyo funeral se ha programado para las cuatro de la tarde de hoy en la iglesia de Salinas.

Ciertamente, Vallina tenía admiración por Winehouse, entre otras figuras de la canción que le inspiraban. Pero cuando subía a los escenarios, “Pat”, como era conocida por sus amigos, era única, “excepcional” en palabras del productor avilesino Béznar Arias, quien contó en muchas ocasiones para su proyectos con la poderosa voz de Vallina, la última, en el documental grabado sobre los pasos de Bob Dylan en Asturias (2021).

La de Vallina era un voz que destacaba en piezas de jazz y soul, pero que realmente encajaba a la perfección en cualquier “palo” musical.

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La de Vallina era un voz que destacaba en piezas de jazz y soul, pero que realmente encajaba a la perfección en cualquier “palo” musical, pues eran muchas las virtudes vocales de una mujer que se formó para el canto en el Conservatorio Julián Orbón de Avilés y que actuó en todos los locales conocidos de la comarca donde se programa buena música. A recordar el que posiblemente fuera su último “bolo”, en el Santacecilia de la calle Galiana, año 2019, antes del covid: “Llegó en silla de ruedas, con gran esfuerzo se sentó en un taburete y cantó con Pedro Claros. ¡Y cómo cantó! Para poner los pelos de punta”, evoca Béznar Arias.

Ya para entonces, Patricia Vallina estaba en batalla con una enfermedad degenerativa que se le manifestó tras un accidente. Fiel a su carácter aguerrido y luchador, la cantante plantó cara a su dolencia “como un titán”, según destacaron ayer en el mundillo artístico avilesino. Un ámbito donde Vallina será llorada y añorada por “irrepetible”. Se va la cantante, se pierde una voz privilegiada, pero más se lamenta tener que decir adiós a una persona, subrayan, “que amaba la vida por encima de todas las cosas y que tenía una personalidad arrolladora”.

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