La duna del Espartal lleva retrocedidos más de 30 metros desde la década de 1980, entre 2013 y 2014 retrocedió 15 metros por unos temporales de “envergadura excepcional” y se calcula que perderá otros doce metros más hasta 2050 como consecuencia del cambio climático, según expusieron los expertos que participaron en la Jornada de dragado organizada por la Autoridad Portuaria.
Ese retroceso de las dunas y la pérdida de árido del litoral se debe a un cúmulo de causas. “Los dragados son un factor importante, pero no el único”, destacó Raúl Medina Santamaría, director del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHC). El experto incidió en que estamos en un “sistema abierto, que recibe arena del Oeste (del Nalón y por los dragados de San Esteban) y que también la pierde por los temporales”. El efecto del paseo de Salinas, la ocupación del dragado, la intensidad y frecuencia de los temporales y la evolución de los ríos, que han dejado de aportar sedimentos, influyen en esa pérdida de árido.
“Tenemos varios factores relevantes y un resultado final, unas dunas y una playa en erosión y un canal que necesita ser dragado. Hay que buscar una solución que permita que la playa se mantenga estable y el Puerto operativo. Incluso si no se dragara, la playa estaría en riesgo”, señaló Medina Santamaría. El experto incidió en que “la falta de arena es uno de los principales problemas de la costa española”. “No podemos perder un grano más de arena”, dijo. Y reiteró, sobre el caso local, que “no hay un único culpable”: “Este no es un problema de un Ayuntamiento, de Costas o del Puerto, es un problema de todos y hay que buscar entre todos la mejor solución, y sin olvidarnos del largo plazo”, aseveró refiriéndose con esto último al cambio climático.
De la misma opinión es José Francisco Sánchez González, del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex): “La playa y el canal están unidos, si le va mal a uno le va mal al otro, y viceversa. Hay que buscar una solución que contente a ambas partes”. El especialista concluyó lo siguiente: el dique de contención no alcanza la profundidad suficiente, el relleno de la playa sobrepasa el dique y se adentra en el canal y este último se rellena por dos zonas, por la barra exterior, que se alimenta directamente de la playa, y por la barra “chica”. Planteó como alternativas de actuación la ejecución de la segunda fase del dique de San Juan, el cierre entre el tacón del muelle sur y los restos del muro del dental (que se conservan sumergidos) y la redistribución de arena en la playa.
