El teatro Llar de Corvera, en Las Vegas, abrazó este 25-N el acto institucional con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, centrado en tres metas a abordar: la prostitución, la trata y la pornografía. El presidente del Principado, Adrián Barbón, recordó en su intervención que la lucha contra el machismo es “una de sus prioridades” y la de su Ejecutivo. Asimismo, incidió en que “si más de la mitad de la población tiene razones para sentir miedo al volver a casa de noche por el único hecho de ser mujer es que esta sociedad falla”. “Debemos seguir avanzando sin dejarnos confundir por quienes interpretan que estamos ante los últimos coletazos del machismo”, aseguró el presidente asturiano.
Al acto, celebrado a las 12.00 horas, acudieron tanto Barbón como las consejeras de Presidencia, Rita Camblor; de Educación, Lydia Espina, y de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán; el consejero de Salud, Pablo Fernández Muñiz; la viceconsejera de Turismo, Graciela Blanco, y la directora general de Igualdad, Nuria Varela. Alcaldes, concejales y demás personalidades también acudieron al acto central por el 25-N en Asturias.
La primera en tomar la palabra fue la directora general de Igualdad, Nuria Varela, que en su discurso introductorio al acto subrayó lo siguiente: “Las mujeres y las niñas ni se compran, ni se venden, ni se alquilan”. Fue la propia Varela la que dio paso a un minuto de silencio mientras se mostraban en la pantalla del teatro varios nombres de mujeres asesinadas a manos de sus maltradores.
El siguiente en tomar el testigo fue el alcalde de Corvera, Iván Fernández, poniendo a la sala sobre aviso de que su intervención no iba a ser “políticamente correcta”. El primer edil corverano dio datos de víctimas mortales, pero afirmó que “detrás de las brutales e inasumibles cifras hay nombres propios, ilusiones y vidas… Detrás de las estadísticas hay huesos, carne, vísceras… Nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras abuelas, nuestras hijas. Detrás de las cifras hay historias, proyectos de vida cortados de raíz”. Tras incidir en más datos y azotar a los negacionistas de la violencia machista, Fernández recitó una frase de la canción “Nos queremos vivas”, de Rebeca Lane: “No queremos más sufrir por mal de amores / No queremos niñas viviendo horrores / Nos queremos vivas / No daremos paz hasta que haya justicia”. El alcalde de Corvera cerró su intervención con un compromiso con nombre de película “No habrá paz para los malvados”.
“Llibre”, un monólogo teatral interpretado por la actriz María López, fue el encargado de trasladar al público una historia real que sufren a diario miles de mujeres invisibilizadas. El monólogo hablaba sobre Xuan, un maltratador, y de la situación que pasaba la víctima, que se puede resumir en los siguientes tres conceptos de forma cíclica: palizas, flores y soledad. La siguiente en subir al escenario fue la escritora e investigadora cántabra Rosa Cobo. “Si no acabamos con la prostitución y la pornografía va a ser imposible terminar con la violencia contra las mujeres”, aseguró la teórica, denunciando la “importancia” de estos sectores en la sociedad actual. Además de reclamar más apoyo institucional, Cobo incidió sobre “la hipersexualización de las mujeres en sectores como la publicidad, la moda o el calzado” y finalizó con la siguiente afirmación: “En la mente masculina todas las mujeres somos prostituibles”.
Antes de cerrar el acto con el himno de Asturias -a cargo de la gaitera Lydia Muñiz- y del discurso final de Adrián Barbón, la soprano Tina Gutiérrez interpretó tres temas en compañía de la pianista Olesya Shlegel. El primero de ellos fue “Perdida en tu equipaje”, seguido de “Cuestión de números” y “El eco del dolor”. El presidente asturiano aguardó en su intervención sobre “que tardemos poco tiempo en encontrar la legislación adecuada que sancione a los consumidores y persiga el proxenetismo”, asegurando que “la prostitución no es una elección, ni se da igual entre hombres y mujeres”. “Hay quienes niegan o minusvaloran la violencia machista. Por desgracia, las pruebas tienen nombres y apellidos”, remató Barbón.
