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Arcelor revoluciona su modelo laboral: desde ahora, prioridad a la digitalización y a la gestión de datos

Al igual que ocurrió con el plan Arco para aumentar la productividad, la siderúrgica impone ahora el modelo de gestión de datos a gran escala

Trabajadores de ArcelorMittal, en la sala desde la que se controla el funcionamiento de la acería LD-III. Irma Collín

Big data, digitalización, automatización, robótica… ArcelorMittal marca el paso en el revolucionario cambio de modelo laboral que la patronal de la industria asturiana, Femetal, lleva tiempo anunciando, advirtiendo incluso de las nuevas competencias que las compañías empiezan a demandar. La multinacional siderúrgica ha iniciado ya ese proceso al trocear los contratos de producción y mantenimiento de sus empresas auxiliares en Asturias para “avanzar hacia un sistema predictivo”. Dicho de otro modo, un sistema en el que la gestión de datos permitirá prever el estado de todos y cada uno de los estadios de sus plantas industriales para planificar sus actividades productivas. Este modelo conllevará otros “ajustes” que afectarán tanto a las nuevas empresas auxiliares como al conjunto de los trabajadores.

Los beneficios potenciales del modelo de mantenimiento predictivo son relevantes. Estudios realizados por la consultora estratégica McKinsey sobre planes de mantenimiento digital y transformación en las “heavy industries” destacan que se puede mejorar entre un 5 y un 15% en la disponibilidad de las instalaciones productivas y reducir los costes de mantenimiento desde un 18 a un 25%. Por tanto, aumentar aún más la productividad, la eficiencia y la calidad son objetivos que no se le escapan a nadie. Pero tampoco el ahorro de costes, la diversificación de riesgos en caso de conflicto con alguna de las empresas auxiliares, la flexibilidad o la necesidad de incorporar personal con formación en las nuevas disciplinas, pero sin que corra por cuenta de la empresa principal.

No es la primera vez que la multinacional siderúrgica implanta un nuevo modelo laboral con el que conseguir una mayor productividad y competitividad en un mundo globalizado. Ya lo hizo en 2005, cuando todavía era Arcelor, al instaurar el Plan Arco, que supuso un sistema de trabajo que ha sido un éxito en términos de productividad, eficiencia, mejora de costes e inversiones, pero que se considera agotado.

El proceso con el Plan Arco se realizó a la inversa: la enorme atomización de empresas auxiliares se redujo a las que han venido trabajando para la compañía hasta la actualidad con contratos para labores de producción y mantenimiento. Básicamente son Daorje, Imasa, TSK e Isastur. Sus plantillas en las instalaciones de ArcelorMittal llegaron a aproximarse a los 2.000 trabajadores en aquel entonces, mientras que ahora pueden rozar los 1.300 en momentos de elevada carga de trabajo.

Interior de la acería LD-III.

Fuentes de ArcelorMittal explican que “para evolucionar hacia el sistema predictivo queremos apoyarnos en empresas orientadas a la mejora continua, que ya lo tengan implantado y que presenten un alto nivel de competencia en la gestión del mantenimiento”. Esto se traduce en que tengan experiencia en liderar estos procesos de transformación e inviertan en formación continua de sus empleados, con la adquisición de nuevas competencias técnicas y de resolución de problemas, entre otras competencias.

La gran damnificada con el nuevo modelo es Daorje, la empresa auxiliar que desde hace unos 15 años desarrolla la mayoría de las labores de mantenimiento y producción de la multinacional. Su contrato de mantenimiento ya se ha dividido en seis, dando entrada a nuevas compañías. Ferrovial, Moncobra y la francesa LaTesys, que ya trabaja en plantas de la multinacional siderúrgica en Francia y en Bélgica. En Asturias lo hará a través de su filial Monturtech, que ya se encarga del mantenimiento mecánico en la fábrica de Sagunto.

Esta relación no es baladí. De hecho, fuentes conocedoras del proceso han señalado que lo previsible es que lleguen a la planta asturiana más empresas auxiliares que ya trabajan para ArcelorMittal en otras instalaciones en España, pero puede que también en otros países. “Se trata de formar una especie de clúster de sus auxiliares, de tal manera que haya un sistema común de funcionamiento en instalaciones clave para el proceso productivo”, indica una fuente conocedora del proceso iniciado. La multinacional admite que la implantación del nuevo modelo “será compleja” porque, entre otras cuestiones, “las empresas tendrán que coordinarse entre sí para realizar determinadas tareas, aprendiendo a trabajar como si se tratara de un modelo de clúster”.

La multinacional admite que la implantación del nuevo modelo “será compleja” porque, entre otras cuestiones, “las empresas tendrán que coordinarse entre sí, aprendiendo a trabajar como si se tratara de un modelo de clúster”.

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Por otro lado, la compañía también añade que la totalidad de la plantilla de las actuales empresas auxiliares se integrará en las nuevas sociedades que se incorporen a las labores de producción y mantenimiento. “No sobra nadie”, insiste el portavoz. “Conocen el funcionamiento de todas las instalaciones y el de la propia compañía. Para ellos no supondrá grandes cambios en ese sentido”, añade.

Aún quedan pendientes algún contrato menor de mantenimiento y los de producción, que de momento no se sabe en cuántos se van a trocear. “Esa fase se está analizando. La idea es que todo el proceso esté completo en cuestión de semanas, para implantarlo a partir de marzo del próximo año”, indican desde ArcelorMittal.

"Cualquier decisión que nos pueda perjudicar tendrá respuesta”, advierten desde CC OO

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La multinacional siderúrgica no oculta que el camino que ha iniciado va a ser complejo, y más cuando está pendiente el convenio colectivo de las empresas auxiliares y de montaje, cuyas negociaciones están monopolizadas por las empresas que operan en sus instalaciones. Desde CC OO, mayoritario entre los sindicatos representantes de los trabajadores, ya han advertido de que quieren firmar un acuerdo antes de marzo de 2022, para que las nuevas sociedades que se incorporen lo tengan que acatar. Las actuales se niegan a iniciar ninguna conversación mientras no se resuelvan las adjudicaciones.

Los mensajes trasladados hasta ahora por ArcelorMittal no aportan tranquilidad ni a las empresas auxiliares ni a sus trabajadores, por más que la multinacional se empeña en ello. “Quieren implantar un nuevo modelo laboral sin contar con nosotros. Más allá del convenio, tenemos otros derechos adquiridos que exigiremos que se respeten. Cualquier decisión que nos pueda perjudicar tendrá respuesta”, advierten desde CC OO. La industria asturiana sí tiene claro que la transición no solo ha empezado, sino que avanzará mucho más rápido de lo que se podía prever una vez que el gigante siderúrgico se ha puesto en marcha. Ya tienen experiencia del proceso anterior.

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