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Ocho de las pesquerías de interés para Asturias han perdido cupo desde 2015

Solo el gallo y el pixín, cuyos topes de capturas mejoraron en el periodo considerado, se libran de la escabechina de recortes de la Unión Europea

Descarga de pescado en la rula de Avilés Mara Villamuza

La flota pesquera asturiana focaliza su malestar en el mazazo que supuso el anuncio de un nuevo recorte –el 8,2 por ciento– del cupo máximo de capturas de merluza que se podrán hacer el año que viene en aguas del Cantábrico, pero el escenario aún es más dramático si se analiza la evolución de los cupos de las diez pesquerías sujetas a control comunitario y cuyos Totales Admisibles de Capturas (TAC) también han sido acordados el pasado fin de semana o a finales de verano: abadejo, bacaladilla, bocarte, cigala, chicharro (jurel), gallo, lenguado, merluza, pixín (rape) y xarda (caballa).

De esas diez especies, todas de gran interés para los pescadores asturianos, ocho han visto menguar sus cupos desde 2015, cuando Europa apretó el acelerador en su estrategia de regular la actividad pesquera según el criterio del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS). Este enfoque está orientado al largo plazo y consiste en fijar porcentajes de capturas que permitan a las poblaciones de peces reproducirse con el fin de garantizar la explotación de las mismas en condiciones económicas, medioambientales y sociales sostenibles. Los pescadores cuestionan la eficacia del criterio en lo tocante, al menos, a los apartados económico y social. Del mismo modo, las organizaciones ecologistas y conservacionistas son partidarias de ir más allá en los recortes de cupos en atención al objetivo ambiental.

Las capturas de las diez especies consideradas generaron en 2020 un volumen de ventas en las rulas asturianas de 44,48 millones de euros sobre un total de 65,31; es decir, que representan el 68 por ciento del valor de la pesca fresca subastada en Asturias. Las dos únicas de esas especies que se libraron de la escabechina de recortes son el gallo (el cupo aumentó un 70,5 por ciento desde 2015) y el pixín (cupo incrementado en un 24,14 por ciento).

Al margen de las dos excepciones citadas, lo demás han sido tijeretazos. De mayores a menores porcentajes de recorte practicados, esta es la lista: cigala (75,86 por ciento), merluza (44,8 por ciento), lenguado (39,21 por ciento), chicharro (37,91 por ciento), xarda (24,64 por ciento), abadejo (28,37 por ciento), bacaladilla (9,79 por ciento) y bocarte (4 por ciento, si bien a expensas de la presentación de informes científicos que podrían dar un vuelco a la cifra).

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