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La mayoría sindical de Azsa da el sí a la regulación de empleo de la nueva nave

Los empleos afectados a partir de 2024 por el ajuste de producción y nuevas tecnologías son 95 de los 144 en las plantas A y B de electrolisis

Una de las naves antiguas de electrólisis de la empresa Asturiana de Zinc.

Habrá una regulación de empleo en la empresa Asturiana de Zinc (Azsa) gracias al acuerdo sellado ayer por la tarde entre el Sindicato Independiente de Trabajadores de Asturiana de Zinc (Sitaz) y la dirección de la fundidora del conglomerado anglosuizo Glencore.

Los independientes controlan por amplísima mayoría el comité de empresa (14 representantes de 21) y consideran el acuerdo “bueno”. “Ninguno de los ERE que pactan en otros sitios alcanza estas condiciones”, explicaron ayer por medio de una nota de prensa. Comisiones Obreras (CC OO), con cuatro representantes, lo rechazó, aunque se pronunciará tras el resultado de un referéndum organizado a través de la plataforma Telegram. Esta organización considera que la regulación “destruye empleo de la empresa y también en la industria auxiliar”. La Unión Sindical Obrera (USO), que cuenta con tres delegados, queda pendiente del resultado de una asamblea de su sección.

Lo particular de esta regulación de empleo ( que afectaría a 95 personas del total de 144 trabajadores del departamento de electrolisis AB) es que, aunque está activa desde ayer mismo, no se empezará a aplicar hasta el año 2024, cuando los primeros trabajadores mayores de 55 años incluidos en el ERE empiecen a cumplir los 62,6 años que los habilitan como trabajadores relevados. Sin embargo, el ERE puesto en marcha no traerá consigo la entrada de un relevista.

La idea final es amortizar los 95 puestos que la empresa y la mayoría sindical han acordado que sobran con la puesta en marcha de la nueva nave de electrólisis cuya construcción está previsto que concluya en el segundo semestre de 2022. Esa nueva nave, que supone una inversión de cien millones de euros, contendrá tres filas de cubas electrolíticas con capacidad para 10.000 toneladas de cinc vendible. En ella se recolocará a aproximadamente a 52 personas.

Lo previsto, por el momento, es que esta nueva instalación sustituya a las naves más viejas de la planta (A y B). El personal excedente no es exclusivamente de las instalaciones obsoletas. El expediente de regulación se va a aplicar al personal de toda la planta de tal modo que las condiciones para las personas mayores de 55 años sean: el total del sueldo neto que se percibía un relevista.

Para los mayores de 57 años que son excedente de las naves A y B las condiciones que recoge el ERE son que realizarán tareas que hasta la fecha correspondían a las auxiliares y, además, cubrirán el absentismo en el departamento de electrólisis en particular y en el resto de la fábrica en general.

A los menores de 57 años que forman parte de las plantillas de las naves A y B lo que les espera es presentarse a las plazas que convocará la empresa en la nueva nave, en la E. En ningún caso percibirán menos escalón del que tenían en el puesto de origen. La preferencia para ocupar esas plazas es la antigüedad y que el candidato haya desempeñado tareas similares en su antiguo puesto. Los menores de 57 que no consigan hacerse con las plazas serán destinados a tareas que hasta la fecha eran cosa de las contratas y también, como los mayores de 57, a cubrir el absentismo.

La construcción de la nave E fue admitida por Glencore en 2018. Forma parte de un plan de inversiones que van desde la construcción de dos grandes naves de almacenaje en los terrenos del puerto a la centralización de todos los vestuarios a las puertas de la planta.

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