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Lotería de Navidad 2021

El mayor pellizco de Asturias: el Judo Avilés asesta un golpe a la Lotería que vale millones

El club local reparte entre sus deportistas y familiares 2,7 millones de euros de los 3,6 que dejó el quinto premio de la lotería de Navidad en la comarca avilesina

El Club Judo Avilés celebra a lo grande el Quinto Premio: "Estamos en una nube"

El Club Judo Avilés celebra a lo grande el Quinto Premio: "Estamos en una nube"

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El Club Judo Avilés celebra a lo grande el Quinto Premio: "Estamos en una nube" N. Oliveira / M. Casado

A las 13.21 horas, sin apenas esperanza, saltó la noticia. Los niños del Colegio de San Ildefonso cantaban el último premio del sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad, el último quinto del día: “89.109... 60.000 euros. 89.109... 60.000 euros”. En ese preciso momento –con el sorteo prácticamente terminado– un golpe de fortuna de 3,6 millones de euros viajó hacia la administración número 9 de Avilés, situada en el número 26 de la avenida Fernández Balsera. De ese total, 2,7 millones cayeron en el Club Judo Avilés, que llevaba varias series del 89.109 en participaciones de cinco euros, de los que el comprador jugaba cuatro y donaba otro a la institución deportiva. “Lo más bonito de todo es que está tremendamente repartido. No puedo ni imaginar la cantidad de gente que tenía participaciones”, celebró eufórico el director técnico y vicepresidente del club, Carlos Fernández.

El mismo quinto premio también dejó un pellizco en Remasal, una empresa de reparaciones mecánicas avilesina. “Los décimos están muy repartidos entre obreros y clientes. No nos hemos parado a celebrar nada porque tenemos que seguir trabajando en el turno”, explicó Víctor Vega, de la administración de la empresa. A pesar de que el premio es un regalo para pasar unas buenas fiestas navideñas no permitirá que sus agraciados dejen de trabajar.

Otros 6.000 euros cayeron en el vecino concejo de Corvera. La administración número 7 de la calle Jovellanos en Las Vegas vendió uno de los décimos que la máquina expendedora de forma aleatoria a una persona cuya identidad, por el momento, se desconoce. “Fue un número que emitió la terminal. Lo poco que ha tocado espero que haya sido en una familia que lo necesite y pueda disfrutarlo. Estoy seguro de que son vecinos del barrio y eso me hace mucha ilusión”, comentó Carlos Artime, el encargado de la administración. Gracias a esos 3,6 millones, al final Asturias sumó 4,9 millones de euros en la consignación de los principales premios del sorteo más esperado del año.

Arriba, en el centro, Carlos Fernández, celebra el premio con el personal de la administración avilesina de Fernández Balsera. Mara Villamuza

A la alegría desbordante en la administración de la avenida Fernández Balsera de Avilés, la llamada Xana Dorada, se sumaron decenas de agraciados en el baño de millones en la mañana de ayer. La primera en llegar, al borde del llanto, fue Patricia Zapatero, madre de una de las chicas del Judo Avilés.“Siempre compro lotería y nunca me había tocado nada. Estoy que no me lo creo”, celebró con las lágrimas en los ojos por las cinco participaciones, que se traducirán en 6.000 euros.

El siguiente en llegar a la administración fue el vicepresidente del club, Carlos Fernández. “Estaba en el gimnasio, encima de la bici, y me empezó a sonar el móvil todo el rato. Al principio me temí lo peor, porque lo último que esperas es que te llame toda la familia para decirte que ha tocado la lotería”, explicó. Fernández catalogó el premio como “un ippon (punto completo en judo) al covid”. El vicepresidente del club se mostró eufórico por haber repartido tantas participaciones de cinco euros por numerosos lugares.

“Llevamos 20 años jugando a la Lotería de Navidad en el club y nunca no había tocado ni lo jugado”, abundó Fernández, quien explicó la anécdota de este premio: “Por un grupo que tenemos pasamos cuatro números y fueron los propios judocas los que escogieron el 89.109. No podrían haber elegido mejor”.

Laureano Rodríguez con Desiré Guillem, Conchi Rodríguez y Rosa García. Mara Villamuza

Otro de los que acudió a la administración fue Miguel Caamaño, también agraciado por el quinto premio. Caamaño llevaba cuatro participaciones, 4.800 euros. “Estar más feliz es imposible en este momento. De momento lo voy a guardar, pero ya tenía pensado ir a la nieve en febrero y será un buen momento para gastar parte”, reconoció. Con 11 participaciones en su bolsillo –un total de 13.200 euros– llegó a Fernández Balsera Desirée Guillem, colaboradora del Club Judo Avilés. “Fui la que tuvo toda la lotería en casa guardada para ir sellándola. No quiero ni pensar la de millones que tuve ahí amontonados”, señaló la afortunada vecina, que reconoció estar “encantada por repartir tanto dinero entre tanta gente”.

Todos los que fueron pasando por la administración a celebrarlo coincidían en una cosa, en que no tenían casi esperanza de que tocara nada con el sorteo ya casi finalizado. “Hubo que esperar hasta el último momento. Fue de infarto”, admitió Guillem con una copa de champán en la mano. “Me ha llamado más gente para preguntar dónde se cobra que para celebrarlo”, bromeó Carlos Fernández, que aseguró tener en su móvil más de 200 mensajes aún sin responder. “No diré lo que llevo, pero todos los años suelo coger lo que la gente no quiere al final y es bastante”, apuntó Fernández.

Las titulares de la administración colocan el cartel del premio. | Mara Villamuza

La fiesta no quedó ahí. Tras digerir la cantidad de dinero que cada uno llevaba encima con sus participaciones, los integrantes del Club Judo Avilés se citaron en la tarde de ayer a las puertas del complejo deportivo de El Quirinal para celebrar el quinto premio todos juntos bañados en champán. Fue allí donde apareció María Gutiérrez, otra de las agraciadas por el premio, pero en su caso particular con un total de 15 participaciones, que le supondrán 18.000 euros: “No me dio tiempo ni a pensar qué voy a hacer con ello. Siento como si me hubiera tocado el Gordo”.

Fue precisamente ella la que llamó por teléfono a Rocío Vidal para darle la noticia. “Haré un viaje con los niños”, celebró Vidal, que compró cinco papeletas, por las que se llevará 6.000 euros. Javier Rad, judoca del club, festejó sus dos participaciones (2.400 euros), pero se alegró más por la veintena que vendió a sus familiares y allegados: “Estaba en la oficina trabajando cuando me enteré y empecé a gritar como un loco”.

Por la izquierda, Rosa García, Laureano Rodríguez y Conchi Rodríguez, ayer, celebrando el premio. | MARA VILLAMUZA

La administración del premio abrió hace un mes: “Ha sido llegar y besar el santo”

“Es una situación inmejorable para repartir felicidad”. Palabras de Rosa García, una de las loteras de la administración avilesina en la que se repartió el mayor premio de la comunidad. La Xana Dorada abrió el pasado 8 de noviembre y con apenas mes y medio de vida ya ha repartid su primer golpe de fortuna. “Ha sido llegar y besar el santo”, festeja Conchi Rodríguez, la otra lotera de la administración de Fernández Balsera y cuñada de García. “Antes teníamos una empresa de equipos de protección individual”, explica.

Las titulares de la administración se enteraron gracias a Laureano Rodríguez, hermano de Conchi, que corrió la calle arriba gritando: “¡Que damos un quinto, que damos un quinto!”. Sin apenas tiempo de reacción, Rodríguez fue rápidamente a comprar varias botellas de champán para celebrarlo en la administración con las propietarias, los medios y los agraciados que fueron llegando según se iban enterando. “Es un hito muy importante para esta administración. Está muy repartido por España y eso es algo fantástico. No puedo expresar lo contento y feliz que estoy”, celebró Laureano Rodríguez.

Por su parte, Rosa García aseguró que se ha adentrado “en un mundo apasionante”, en referencia a su nueva profesión como lotera. “No puedo estar más contenta por ver a la cantidad de gente que le ha tocado el premio en un tiempo tan complicado como el que estamos viviendo. No hay uno mejor para recibir un pellizco de este tipo”, celebró con la botella de champán en la mano y todavía algo desorientada por la noticia. “La verdad que no nos esperábamos dar un premio de la Lotería de Navidad. No voy a negar que el día antes sueñas con ello, pero en principio esperábamos que el día fuera algo tranquilo”, apuntó Conchi Rodríguez entre la multitud que se pasó por la administración para ver qué era lo que estaba ocurriendo. “No puedo expresar toda la alegría que siento en este momento. Veíamos que el sorteo iba avanzando y que las posibilidades se agotaban. Y tuvo que salir en el último. Es algo maravilloso”, remató la lotera.

Así es, con apenas mes y medio desde su apertura, la Xana Dorada se estrenó en el sorteo más esperado del año por todo lo alto. La friolera de 3,6 millones de euros repartidos entre un gran número de vecinos, familiares y turistas de todas partes de España. “Estábamos colocando cosas en la administración y lo último que esperábamos era esto”, reconocieron las felices loteras.

 

Luis Salvador, en su cervecería Spass, viendo la lotería. | MARA VILLAMUZA

La tradición de compartir décimos de toda España

“Aquí en la familia jugamos entre todos una docena de décimos cada año. Además, tenemos las participaciones de las cofradías de Semana Santa de Avilés que vendemos durante el año en el bar”, señaló Luis Salvador de la cervecería avilesina Spass, en la calle San Francisco. Cada 22 de diciembre esta familia tiene una cita muy especial. Para ellos la Lotería es toda una tradición cargada de ilusión. Acostumbran a coleccionar décimos de distintos puntos de España que familiares y amigos del céntrico negocio les hacen llegar. Algunos llegaron desde Madrid y Málaga, pero sin mucha fortuna este año. 

Patricia Toro, en el interior de su negocio en Piedras Blancas. | N.O.

La libélula de la suerte se queda a las puertas en Piedras Blancas

La suerte del sorteo extraordinario de Navidad no estuvo este año con el negocio de Patricia Toro, dueña de un quiosco en Piedras Blancas (Castrillón). Para los más supersticiosos las tenía todas con ella, pero no fue así. Cuando empezó a vender sus décimos de lotería navideña una libélula entró en su negocio. Cuando iba a echarla del local una vecina le dijo que ni se lo ocurriera, que traían buena suerte. Cuando terminó la primera tanda del número que vendía, el insecto abandonó el quiosco por cuenta propia. Un hecho al que no le dio más importancia de no ser por que cuando repuso los números, volvió a entrar. “En ese momento pensé que tocaría”, asegura Toro.

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