El vermú como alternativa al ocio nocturno. O el “tardeo”, si se prefiere. Si algo ha provocado la pandemia es el cambio de algunos hábitos de la ciudadanía, entre ellos la actividad nocturna. Las continuas restricciones sobre los locales de ocio han derivado, entre otras muchas cosas, que se potencien las reuniones a plena luz del día. Una muestra de ello son las terrazas del barrio de Sabugo, que ayer al mediodía estaban abarrotadas de vecinos, vermú en mano. “El día es más tranquilo que la noche y además estar en una terraza te genera más seguridad tal como están las cosas”, asegura Lucía Rodríguez, sentada en una mesa de la plaza del Carbayo.
Las opiniones sobre la llamada “hora del vermú” son dispares. Hay quienes prefieren el horario porque “el cuerpo ya no aguanta como antes”, como reconocen Marta Pérez o Pablo Aranda: “Es mejor porque puedes aprovechar más el día y a la mañana siguiente no estás tan cansado”. También los hay que compaginan las dos alternativas de ocio, como Yaiza Grandas o Lourdes Álvarez, a quienes el cuerpo también les pide “salir por ahí alguna que otra noche”. Por último, está la postura de la responsabilidad pandémica. “Veo bien que cierre el ocio nocturno, aunque lamentablemente siempre están pagando los mismos”, explica Sergio Cobo. Su compañero de vermú, Andrés Moreno, reconoce que ante la avalancha de restricciones en la nocturnidad “es normal que se busquen otras alternativas”.
El grupo formado por Maite Souto, Marta Pérez, Pelayo Quiles, Débora Méndez, Berena Muñiz, Jasón Pereira y Lucía Rodríguez utilizaron una mudanza como la excusa perfecta para sentarse en una terraza de la plaza del Carbayo a descansar un rato de tanta caja. “Nosotros ya cada vez salimos menos de noche, el cuerpo ya no aguanta como antes”, asegura la joven Marta Pérez entre las risas del resto de la mesa. Sin embargo, Pérez argumenta que también es debido al “aumento de las restricciones y que no están tan claras. A veces ya te pierdes”. Recién llegado desde Italia, Pelayo Quiles reconoce que prefiere la “hora del vermú” porque “allí por costumbre no se sale tanto de noche como en España”.
Por su parte, la mesa integrada por Yaiza Grandas, Sergio Cobo, Andrés Moreno, Yanilé Álvarez y el pequeño Mateo, también prefieren alternar a la luz del día. “Tenían que haber tomado medidas antes de cerrar el ocio nocturno porque ambas alternativas están bien”, comenta Yanilé Álvarez, que al igual que el resto de sus acompañantes reconoce que “está bien que se pongan restricciones por seguridad, aunque lo malo es que siempre están pagando los mismos”.
Otro de los grupos que ayer aprovechan para pasar el mediodía del domingo en una terraza del barrio de Sabugo fue el formado por Elena García, Lourdes Álvarez, Pablo Aranda y el pequeño Leo. “Tomar el vermú es mejor que salir por la noche porque al día siguiente lo notas”, apuntan en la mesa, reconociendo, eso sí, que “es innegable que el aumento de restricciones es una faena de las gordas para los bares de ocio nocturno”. A pesar de que todos ellos reconocen que les gustaría “salir más por la noche” de lo que actualmente pueden, comparten la idea lanzada por Granda: “Aprovechas el día más, tienes tiempo para descansar y si trabajas al día siguiente te sientes mucho mejor que saliendo por la noche”.
Las terrazas del barrio de Sabugo estuvieron ayer repletas de grupos en busca de una alternativa lúdica al veto del ocio nocturno durante esta Navidad. El aumento de restricciones para prevenir más contagios por coronavirus en el Principado de Asturias está derivando en que la ciudadanía cambie algunos de sus hábitos de ocio.
