Avilés investiga las telas del futuro: ni se mojan ni se manchan
El departamento de superficies de Idonial desarrolla recubrimientos aislantes y tejidos "inteligentes" que permiten, por ejemplo, la conductividad eléctrica

Una investigadora de Idonial pone a prueba la impermeabilidad de una muestra de tejido. / Luisma Murias
Telas que ayudan a controlar las funciones vitales, o que permiten la conductividad eléctrica, o que repelen el agua y la suciedad. Estos son algunos de los proyectos en los que está inmerso el departamento de superficies de la Fundación Idonial, que amplía sus capacidades para el desarrollo de recubrimientos protectores con multifunciones avanzadas.

Una tela a la que se pueden integrar componentes para controlar, por ejemplo, las funciones vitales de una persona. | Luisma Murias. / Marián Martínez
Este departamento entró a formar parte hace dos años de un consorcio integrado por cuatro centros tecnológicos españoles y que el CDTI acreditó como centros de excelencia en España en tecnologías de superficie. “Eso nos permitió contratar a investigadores –lo que equivale a atraer talento–, adquirir nuevos equipamientos y potenciar líneas de investigación que ya teníamos relacionadas con recubrimientos”, explica Ramón Bernardo de la Rúa, director del departamento de superficies de Idonial.
Los recubrimientos “solgel”, transparentes y con una unión química basada en silicio, tienen un comportamiento muy estable entre el propio recubrimiento y la superficie. Se han probado sobre distintos materiales, como el cristal, para fomentar el carácter hidrofóbico y autolimpiable; el acero, para evitar la corrosión; el cartón, para protegerlo de agentes externos como el agua; y superficies biocidas o virucidas, como las cajas de los ascensores para eliminar microorganismos.

Una muestra de la tela hidrofóbica, que repele el agua. / Marián Martínez
Uno de los proyectos en los que están enfrascados ahora los investigadores Marifé Menéndez y Daniel Hernández es en el desarrollo de telas inteligentes, para darles funcionalidades conductoras que permitan, por ejemplo, controlar funciones vitales, o hidrofóbicas y también omnifóbicas, para que repelan el agua y las manchas.

Ramón Bernardo de la Rúa y Daniel Fernández Poulussen, del departamento de estrategia y desarrollo de negocio de Idonial. / Marián Martínez
“El ‘solgel’ viene a ser como una capa de barniz. Hacemos una capa base y sobre ella incorporamos diferentes agentes funcionales para conseguir las propiedades que buscamos, atendiendo a los criterios que demande la empresa para la que investigamos y desarrollamos el producto”, explica Marifé Menéndez. Fue así como se buscó una formulación determinada para una compañía que quería cajas de cartón para pizza que no solo aguantaran el calor, sino que además no se mojaran. Y ya las tiene.
Una compañía quería cajas de cartón para pizza que no solo aguantaran el calor, sino que además no se mojaran; y ya las tiene.
Ahora se trata de conseguir unas telas que no solo no calen el agua, sino que las gotas ni siquiera penetren en la parte más superficial del tejido para que resbale por él. Su función más inmediata será la confección de tiendas de campaña para el Ejército. “Pero su utilidad puede ser múltiple, como prendas de vestir para trabajo, de deporte, uniformes escolares…”, señala la investigadora.

Ramón Bernardo de la Rúa y Daniel Fernández Poulussen, del departamento de estrategia y desarrollo de negocio de Idonial.
El siguiente reto es conseguir que el tejido sea omnifóbico, es decir, que además de repeler el agua también lo haga con el aceite, de tal manera que se conseguirían telas antimanchas. “Este paso será importante porque si en todos los proyectos se tiene en cuenta la sostenibilidad, en este caso se lograría además aplicar al máximo la economía circular, ya que se limitaría el consumo de energía, de agua, de jabón, y se conseguiría el reciclado total del tejido”, detalla De la Rúa.
Ahora se trata de conseguir unas telas que no solo no calen el agua, sino que las gotas ni siquiera penetren en la parte más superficial del tejido para que resbale por él. Su función más inmediata será la confección de tiendas de campaña para el Ejército.
Estos desafíos llegan tras conseguir dar conductividad eléctrica a materiales que en principio son aislantes, como el plástico, telas, papel... para aplicaciones diversas.
Uno de sus usos fue para una clínica especializada en fecundación in vitro. “Los óvulos deben mantenerse en un rango de temperatura desde que se inicia su extracción con la punción del ovario hasta que llegan al depósito. El problema estaba en el tubo conductor entre un extremo y el otro. Lo que hicimos fue un recubrimiento conductor eléctrico con nanohilos de plata y ajustar la resistencia eléctrica para conseguir una temperatura que evita el deterioro de los óvulos”.
Un desarrollo que nada tiene que ver con la integración de nanohilos de plata en el tejido de la tapicería de un vehículo para sus asientos calefactables, un “invento” que también está en el mercado.
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