“Me defino como una persona muy inquieta intelectualmente, curiosa, en constante aprendizaje, con un gran interés por el comportamiento humano, por ayudar a las personas a sacar lo mejor de sí para lograr sus objetivos y hacer realidad sus aspiraciones y ser felices”. Son palabras de Maria Luisa de Miguel, directora ejecutiva de la Escuela de Mentoring, vicepresidenta de EMCC Spain (European Mentoring & Coaching Council), mentora senior y coach ejecutiva, además de consultora y formadora en materia de liderazgo, habilidades directivas, talento, mentoring, y diversidad. El 10 de agosto de 1995 se convirtió en la primera mujer que lidera una empresa desde La Curtidora.

“Me gusta decir, que he elegido vivir en el ‘lado positivo de la vida’, no suelo pensar mucho en si lo que he vivido o conseguido ha sido fácil o difícil, en el esfuerzo, no porque no haya existido, sino porque creo que cada renuncia que he hecho en el camino ha sido para ganar, cada situación dolorosa que he vivido ha sido para crecer, cada miedo vencido para ser más valiente, y cada duda despejada para confiar más en mí. Con cada decepción ha surgido una nueva ilusión, cada puerta que se cerraba ha abierto otra, cada abandono ha supuesto un nuevo encuentro.

–¿Qué ha hecho para hacer lo que hace actualmente y llegar hasta donde ha llegado?

–Lo primero creer en mí, que es algo que también ayudo a otros a hacer a través de mi trabajo como mentora. Vivir bajo la premisa de que merece la pena defender y luchar en lo que creo y lo que quiero conseguir. Lo segundo, rodearme siempre de personas de las que puedo aprender, que pueden ser referentes, con los que puedo contrastar ideas, que me complementan o me hacen de contrapunto. También ha sido importante mantenerme firme en mis valores, en mi manera de hacer las cosas, esperar los momentos adecuados, saber aprovechar oportunidades, tener una buena red de contactos. Y como digo ser positiva, buscar siempre la solución y no centrarme en el problema, pedir ayuda cuando ha sido necesario y apoyarme en otros.

–¿Cuándo se dio cuenta que era empresaria y que quería emprender?

–Siempre me he considerado más emprendedora que empresaria, porque lo primero es una actitud ante la vida o una forma de vivirla y lo segundo es más una circunstancia. Se puede ser emprendedora y no ser empresaria. En mi caso, más que una vocación empresarial hay una motivación muy fuerte por ser la dueña de mi vida, de mi destino, de mi profesión y mi trabajo. Me gusta tomar las decisiones yo, sin estar condicionada por otros, me gusta la independencia, me gusta crear y desarrollar mis ideas y siempre he sentido que, tal y como soy, me resultaría más fácil y más satisfactorio hacerlo a través de tener mi propia empresa. Yo emprendí con 24 años la primera vez y no tuve que pensarlo mucho, fue algo bastante natural, encajaba conmigo.

–¿A qué se dedica actualmente?

–Dirijo la Escuela de Mentoring y estoy centrada en acompañar a personas y organizaciones a que logren sus metas desplegando todo su talento, aplicando una metodología propia de mentoring, Generative Mentoring, que optimiza los procesos de aprendizaje, cambio y desarrollo, tanto a nivel individual como organizacional. Compatibilizo mi rol de directora de la Escuela, con otros como el de mentora, coach, y el de escritora. Tengo varias publicaciones sobre talento, felicidad y mentoring y en un mes, aproximadamente, se publicará mi cuarto libro, que en esta ocasión habla de motivación, voluntad, propósito y felicidad.

–¿Y en sus comienzos en el mundo laboral?

–Comencé con 24 años, en La Curtidora, abriendo una empresa de asesoría jurídica integral para empresas. Mi formación universitaria es Licenciada en Derecho y además por aquel entonces estaba realizando un Master en Asesoría Fiscal. Durante 22 años estuve dedicada profesionalmente al ámbito jurídico-empresarial, si bien en el 2002 se cruzó en mi camino el mentoring y me enganchó hasta el punto que cree mi segunda empresa en el 2007 más centrada en el campo del mentoring y el desarrollo del talento. En el 2017 vendí mi primera empresa de asesoría jurídica para dedicarme por completo a lo que es mi pasión: el mentoring como modelo de acompañamiento para desarrollar el talento de personas y organizaciones y ayudarles a lograr sus metas.

–¿Qué sugerencias o consejos le daría a una mujer con inquietudes y ganas de emprender?

–Lo primero que crea en ella misma, que se conecte a lo que verdaderamente le importa y quiere aportar al mundo, que se rodee de personas que compartan inquietudes con ella, de las que pueda aprender, que se asesore bien para dar cada paso y tomar decisiones, sobre todo al principio. Que pregunte mucho, que explore y que vaya descubriendo su propio camino y lo recorra con paso firme, pero sin perder de vista lo que pasa a su alrededor. Que pida ayuda cada vez que lo necesite y que se involucre a ayudar a otras mujeres también. Probablemente de las mejores decisiones que yo tomé cuando empecé como emprendedora fue unirme a una Asociación de Empresarias y Directivas, donde tuve mi universidad empresarial y conté con una gran mentora: Kike Gomez Haces y grandes compañeras de las que aprender.

–¿Qué le ha aportado La Curtidora?

–El lugar donde florecer como emprendedora. Es muy importante comenzar en un entorno en el que estes rodeado de personas con iguales inquietudes, con las que compartes deseos y necesidades, con las que puedes aprender a través de conversaciones o encuentros de networking. En mi caso, además, al ser un centro de empresas y yo dedicarme a la asesoría de empresas, pues significaba tener potenciales clientes a la puerta. También me facilitó acceder a muchos recursos, materiales e inmateriales, que cuando empiezas son muy importantes y te cuesta más llegar a ellos. Realmente para mí La Curtidora fue como mi casa profesional, un sitio en el que te sientes segura, a gusto, cómoda, tranquila, pero también estimulada para poder desarrollar lo que quieres en las mejores condiciones.

–¿Su labor le ha dejado muchas noches sin dormir?

–La verdad es que no. Y además no creo que deba fomentarse una idea de emprendor/a o empresaria/a que trabaja muchas horas, no duerme, no descansa y está en permanente estado de tensión y actividad. Para tomar buenas decisiones, y una vida y una empresa se forjan con ellas, es importante tener una mente despejada y relajada. El sueño, dormir bien, es un recurso tan importante como el tiempo o el dinero, hay que saber cuidarlo.

–¿Cómo se plantea su futuro más cercano?

–Pues este año se presenta con muchos proyectos interesantes, desde la Escuela de Mentoring estamos ejecutando programas en el ámbito empresarial, del emprendimiento, científico, educativo, además de un programa de liderazgo muy innovador, tanto en España como en Latinoamérica. Con mucha ilusión porque en breve público un nuevo libro y siempre se vive como las ganas de que guste y el miedo de que no sea así, con la incógnita de si lograrás conectar con la gente y hacerles llegar el mensaje que quieres transmitir. También, con nuevos retos, como la Vicepresidencia de EMCC Spain, que son muy estimulantes y enriquecedores por todas las personas con las que estoy trabajando y las iniciativas que estamos impulsando desde la asociación para dar a conocer el valor del mentoring, coaching y la supervisión a la sociedad y para garantizar la calidad, el buen hacer y la ética en nuestra práctica profesional.