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Avilés vibra con un Antroxu de talla XXL

El gran desfile de Carnaval compensa el menor número de personas disfrazadas con un despliegue musical sin precedentes que convirtió las calles en un río festivo

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Avilés

Los avilesinos han estado a la altura de lo que se espera de la declaración del Martes de Carnaval como jornada de fiesta local e hicieron méritos para que tal día de futuros años mantenga la condición de no laborable. Primero, abarrotando la noche del lunes la plaza del Ayuntamiento para ver en acción a Javier Gurruchaga al frente de la Orquesta Mondragón; y ayer, echándose por miles a la calle para poner calor humano al gran desfile de Carnaval. Ambientazo por partida doble, el poder de convocatoria festiva del Antroxu sigue intacto.

Los cronistas del Antroxu de Avilés, los que llevan las cuentas de su historia, sostienen que la de ayer fue la edición número 40; o sea, la XL en números romanos, que es como Festejos la anunció en los programas oficiales. Pero, a tenor de lo visto en la calle y parafraseando el argot de la moda textil, la XL es una talla que le queda pequeña al desfile visto ayer, que necesitaría una XXL para meter dentro todo lo visto y oído. Si ésta era la edición del reencuentro tras el obligado parón de 2021 por causa del covid –y consiguientemente había dudas de la respuesta popular– habrá que convenir que los avilesinos han estado a la altura y que no les ha costado mayor trabajo volver a engrasar la maquinaria de la folixa.

Quizás lo resume mejor que nada la frase pintada en el artilugio que usó la peña “Fanny Fans” en el Descenso de Galiana del sábado y que ayer repitió en el desfile de Carnaval: “No hay ola que nos tumbe”. Y es que el Antroxu avilesino parece hecho de material insumergible, como el porexpán usado en cantidades industriales para construir los artefactos que sirven a las peñas como excusa para hacer sus montajes carnavaleros, este año inspirados en el universo de la fantasía.

En comparativa histórica, el de ayer fue uno de los desfiles de Martes de Carnaval con menos participación de grupos, parejas o antroxos a título individual; a cambio, posiblemente fue el más animado musicalmente en sus 40 años de historia, mérito de la profusión de charangas pero también, y sobre todo, de las peñas del Descenso de Galiana y sus artilugios sonorizados, verdaderas discotecas con ruedas. El público correspondió como toca en estos casos: cantando las canciones pegadizas, moviendo el esqueleto y premiando con de aplausos los mejores montajes. Pura química de carnaval.

En un traje talla XXL como el que ayer vistió el desfile de Martes de Carnaval de Avilés caben muchas imágenes, emociones, sonidos, alegorías, grandes historias y pequeños gestos, como el cartel con la frase “No a la guerra” visible en un lateral del artilugio encargado de transportar a las Reinas del Goxu y de la Faba, las integrantes de la peña “Santa Jarra”.

El gran desfile del martes de Antroxu en Avilés

Mara Villamuza

En un Antroxu tan grande y diverso también caben olores, como el inconfundible pestazo a “moñica” que dejó a su paso por la plaza de La Merced el carro “revistíu” (engalanado) tirado por bueyes y que llevaba a bordo al Cornelu, un ser rescatado del imaginario carnavalera avilesino y que este año, después de 80 ausente, ha vuelto a tener protagonismo gracias a los integrantes del “Coleutivu Abillés”, con la colaboración de la asociación de vecinos de La Magdalena y la memoria de Pepe Venancia, la figura clave del proceso de recuperación y recreación etnográfica.

Junto con el Cornelu también salieron del baúl de los recuerdos La Vieya l’Hibiernu, que agarra con fuerza una vara de avellano de la que cuelga una media de lana blanca (símbolo de la nieve del invierno) y con la que golpea las cabezas del público; un “caperuchu”, que lleva un cobertor y un gorro cónico con cintas de colores; dos “sabanones” y diferentes “xostrones” antroxaos con máscaras y ropa vieja.

En un desfile como el de ayer se pudo vera un niño sioux armado con una espada láser de la Guerra de las Galaxias, a una mamá pirata llevando en silla de ruedas al Rey León y a las hermanas Sevilla luciendo orgullosas y debidamente disfrazados “como para una boda” a sus perritos “Lola”, “Andy” (los novios) e “India” (la madrina). También hicieron las delicias del público un alegórico Ave Fénix que lo mismo podía significar el resurgir del carnaval que la recuperación de cierta normalidad tras el covid, el dúo que recreó la escena en la que E. T. hace volar la bicicleta que conduce Elliot, la cofradía de la Sardina Arenque de Llaranes –infatigable en las tareas de animación antroxera– y colectivos avilesinos pro integración de discapacitados que aprovechan un día como el de ayer para subrayar que la fiesta no entiende de discriminaciones.

La banda sonora estuvo en consonancia al desparrame de ingenio y creatividad de los antroxos y no quedó palo festivo por tocar: desde el obligado “Carnaval, carnaval te quiero” popularizado por Georgie Dann a pasodobles, pasando por el repertorio de “Estopa”, piezas de salsa, música tropical y versiones pasadas por el filtro discotequero de muñeiras o “Bella ciao”.

Desde Lugo vino la escuela de batucada “Perskusionista” y Asturias aportó seis charangas y fanfarrias para que el ritmo no parase en toda la tarde. Y cerrando el desfile –es un decir, porque ocuparon la mitad de tiempo del mismo– salieron de nuevo a la calle los artefactos que el sábado habían participado en el Descenso de Galiana por orden inverso a los premios que recibieron. Ayer lucieron sin espuma y con menos miembros entre sus tripulaciones, pero tanto o más vistosos que el día de su debut y con los aparatos de sonido a toda caña. Más de uno lamenta, a la vista de semejantes construcciones, lo efímero de estos alardes artísticos fabricados con cuatro hierros y corcho blanco.

El Carnaval, previo desenclavo, entierro y quema de la Sardina –esta tarde, en varios escenarios y de 18.00 a 20.30 horas– da paso ahora las fiestas del Bollo, que es la nueva clave en la que se pondrá a trabajar Festejos de Avilés desde mañana mismo tras superarse satisfactoria y responsablemente el reto de reactivar el Antroxu tras el parón por la pandemia.

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