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Los costes de la energía, con un alza del 43% en seis días, llevan a Azsa a producir “en pérdidas”

La compañía destinaba a la factura eléctrica 160 euros por tonelada producida a principios del pasado ejercicio; ahora paga 1.368 euros

La fábrica de Azsa de San Juan de Nieva. Mara Villamuza

“La situación es demoledora desde hace meses”, advierten desde la gran industria de la comarca. La escalada de los precios de la electricidad desde mitad del pasado ejercicio sitúa en un complejo escenario a grandes corporaciones como Asturiana de Zinc, que vienen produciendo “en pérdidas” desde hace meses y que ponen cifras al impacto de los costes eléctricos.

Sin contar peajes y otros cargos, en el transcurso de una semana, desde el 25 de febrero de este 2022 hasta el pasado jueves, 3 de marzo, la factura de la electricidad en la fundidora de San Juan de Nieva se ha incrementado de 240 euros megavatio hora (MWh, que es la unidad de medida de la potencia eléctrica) hasta 343, lo que supone un alza del 43% en solo seis días.

Para evitar un “agujero” aún mayor a cuenta de la factura eléctrica, la empresa decidió en septiembre pasado bajar la potencia de su subestación en las horas punta, en las horas en que el precio del megavatio hora está más caro. Glencore, el conglomerado de empresas suizo propietario de Asturiana de Zinc, mantiene cerrada la planta de Portovesme (Italia) por el elevado coste de la energía, que es similar al español. Aún habiendo subido el precio del cinc, debido al elevado coste de la energía, ahora mismo Azsa continúa produciendo “en pérdidas”, evaluando día a día la situación.

La compañía –que tiene en San Juan de Nieva la fundidora de cinc más importante de Europa y una de las tres más principales del mundo– llegó a adelantar una parada programada de las instalaciones con el fin de que la escalada de precios de la energía finalizara o, más bien, esperando a que se llegara a producir en algún momento.

El precio del cinc –el pasado viernes a 3.985 dólares la tonelada, según la Bolsa de Metales de Londres– influye de manera más significativa sobre las minas que lo producen, pero no tanto sobre las fundidoras que utilizan concentrados que contienen varios minerales, por lo que están expuestas a precios tanto de cinc como de cobre, plomo, plata, oro... Así, uno de los factores determinantes, entre otros, en los beneficios finales de explotación de la empresa tiene que ver con los costes eléctricos. En este momento el precio de la electricidad supone actualmente más del 75% de los costes de producción, y está provocando que la empresa continúe “en pérdidas”, certifican.

Azsa consume 4 megavatios hora por tonelada de cinc, lo que supone, en costes actuales de electricidad 1.368 euros por tonelada (1.500 dólares). Antes de la crisis, la de la escalada de los costes energéticos, el precio de la electricidad era de unos 40 euros por megavatio hora, lo que suponía unos 160 euros por tonelada (180 dólares). Esa evolución es la que mantiene en una situación crítica a la compañía y otras grandes industrias de la comarca, que reconocen estar pasándolo “mal, los costes de la energía son salvajes”, concluyen.

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