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Windar, abocada a parar la producción en Rusia al hacerlo clientes y proveedores

l La multinacional avilesina ya repatrió a todo su personal desplazado a la Federación rusa | La salida a Bolsa prevista para este semestre se pospone “sine die”

Tramos de torres eólicas en el puerto de Avilés para su embarque. Ricardo Solís

La multinacional avilesina Windar Renovables, uno de los líderes mundiales en la fabricación de torres para aerogeneradores y de subestructuras para la energía eólica marina, se verá abocada en cuestión de días a interrumpir la producción de la planta que tiene en la región rusa de Rostov. La razón fundamental es que sus clientes están parando, principalmente Vestas, que ya ha anunciado que suspende la construcción de los cuatro parques eólicos que tiene adjudicados en la aquel país. La primera medida de la firma asturiana fue sacar de Rusia a su equipo de técnicos que había desplazado a aquellas instalaciones. La siguiente consecuencia de la guerra de Putin es que se pospone “sine die” la salida a Bolsa de Windar, prevista para este primer semestre del año. La incertidumbre económica de hace solo unas semanas se ha convertido en una catástrofe.

La fábrica WindarSeverstal (WRS) está participada en un 51% por Windar Renovables, del grupo avilesino Daniel Alonso, y en un 49% por Severstal. Se puso en marcha hace tres años, en diciembre de 2018, y se trata del primer fabricante ruso de este tipo de equipos. Hasta la fecha ya ha fabricado aproximadamente un millar de tramos de torres para aerogeneradores por encargo de sus principales clientes, Vestas y SGRE.

WindarSeverstal surgió a raíz del programa nacional de Rusia para el desarrollo de energía renovables (eólica), que obliga a que más del 60% de los componentes de los aerogeneradores se fabrique en Rusia, con el objetivo de impulsar la industria local. Las torres que fabrica Windar aportan aproximadamente el 15% de ese porcentaje impuesto por Vladimir Putin.

Vestas, el mayor fabricante de aerogeneradores del mundo, está desarrollando cuatro parques eólicos en Rusia: Novoalekseevskaya, Grazhdanskaya, Ivanovskaya y Pokrovskaya, con una capacidad total de 253 megavatios y encargados por un consorcio formado encargados por Fortum (Finlandia) y Gazprombank (Rusia). Ya ha anunciado que los paraliza todos. La decisión afecta de lleno a WindarSeverstal, que fabrica los fustes de todas las torres eólicas de esos grandes proyectos.

Se da la circunstancia de que el mayor accionista de Severstal es el oligarca Alexéi Mordashov, considerado el empresario si no el más, uno de los más ricos de Rusia, con negocios en la siderurgia, la minería y la energía. Es también el “caballero blanco” que había buscado la cúpula de Arcelor para intentar frenar la OPA hostil de Lakshmi Mittal sobre la multinacional siderúrgica en 2005. La operación fracasó entonces al negarse los accionistas de la siderúrgica europea dueña de las plantas asturianas y propiedad de la familia Mittal.

El propio Alexéi Mordashov fue uno de los primeros oligarcas rusos que se atrevió a alzar la voz contra la invasión de Ucrania. “Es terrible que ucranianos y rusos mueran, que la gente sufra dificultades y la economía esté colapsando. Tenemos que hacer todo lo necesario para encontrar una salida a este conflicto en un futuro próximo y parar el baño de sangre para ayudar a la gente afectada a rehacer sus vidas”, afirmó al medio RBK. También añadió: “No tengo nada que ver con las tensiones geopolíticas actuales, no entiendo por qué nos sancionan”.

La planta de WindarSeverstal en Rusia, con 200 empleos, tiene una capacidad de producción de hasta 150 torres al año, equivalentes a más de 25.000 toneladas de producto anual. El volumen de inversión fue superior a los 1.000 millones de rublos rusos. En las circunstancias actuales de asfixia económica a Rusia, todas estas cifras y el futuro están en el aire, a la espera del fin de la guerra de Putin y sus consecuencias.

La primera de ellas, sin embargo, ya está confirmada: las aspiraciones de Windar de salir a Bolsa están paralizadas “sine die”. Le ocurre lo mismo a otras compañías, como Mecalux, Tendam, Cirsa y Opdenergy. Las enormes incertidumbres que habían generado hace unos meses el incremento de los precios de la energía, de los combustibles, de las materias primas y de los suministros se han convertido en una hecatombe mundial con la guerra de Putin, pero especialmente para Europa. Todo cambia de un día para otro, y de momento no se ve el final.

A la cabeza de emisiones de CO2 en el mundo

Rusia es un país cargado de paradojas, y su política energética y medioambiental no puede diferir. Ocupa el cuarto lugar en emisiones totales de CO2 en el mundo, la quinta posición si el cálculo se realiza por habitantes. Sin embargo, está a la cola en el desarrollo de la capacidad instalada de energías renovables, y especialmente de la eólica, pese a estar considerado como el territorio con mayor potencial técnico para su desarrollo. El país que Vladimir Putin gobierna con puño de acero declaró su apoyo al acuerdo climático de París, y asumió obligaciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al 70% en 2030. Este acuerdo, defendido por Putin, pese a que en alguna ocasión pusiera en duda que el cambio climático esté provocado por la actividad humana, supone un desafío para Rusia, cuya economía depende en gran medida del gas, el petróleo y la minería. Es cierto, sin embargo, que sobre todo en los dos últimos años parecía poner empeño en las energías renovables.

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