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Soto promete ahora activar las licencias de la conservera

El Ayuntamiento fija su postura sobre la conservación del edificio histórico: “Urge reparar la cubierta y la fachada”

Edificio de la antigua conservera de La Arena. RICARDO SOLIS

Todas las partes implicadas están de acuerdo ahora en que la única opción es salvar la antigua conservera de San Juan de La Arena. Francisco García, teniente de alcalde de Soto del Barco, es claro al respecto: “En cuanto haya un proyecto encima de la mesa por parte de los propietarios lo mandaremos a Cultura y cuando esté aprobado la licencia estará concedida al día siguiente”. Por su parte, el dueño del inmueble, el hostelero Roberto Graña, aseguró en declaraciones a este periódico que si adquirió el solar hace 21 años “fue para restaurarlo y no para especular con él”.

En el Consistorio sostienen que lo que más urge es la reparación tanto de la cubierta como de la fachada del inmueble, ya que presentan un avanzado deterioro. Tantos es así que la Asociación Hispania Nostra, presidida por Araceli Pereda, incluyó el mes pasado la edificación en su “lista roja” de patrimonio monumental en peligro. El colectivo de expertos incluye en este ranking edificaciones históricas que “se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores”, como es el caso del inmueble situado en la avenida de Los Quebrantos.

“Estamos preocupados por el estado del edificio; es la única conservera que todavía se conserva”, aflige García, quien admite que en ningún caso desde el Ayuntamiento se contempló una expropiación por falta de recursos económicos.

La intención tanto del Consistorio como del propietario del edificio, Roberto Graña, es repararlo por tramos, una vez esté concedida la licencia para la ejecución de las obras. La fachada ha ido perdiendo pintura y ladrillo mientras florecían humedades y pequeños desprendimientos, motivo por el que el Ayuntamiento tuvo que cercar la zona hace dos años. Aún sin un proyecto claro encima de la mesa, el propietario asegura que su intención es “hacer un proyecto nunca antes visto en Asturias” a nivel hostelero. Para ello, Graña espera “contar con la ayuda de las administraciones regionales y locales para arreglar tanto la fachada como la estructura original”.

A finales del siglo pasado llegaron a aprobarse cambios urbanísticos para que en el inmueble, que tiene una superficie que supera los 3.000 metros cuadrados, pudiese recuperarse como viviendas. Aquel plan no dio frutos. Los antiguos propietarios se deshicieron del edificio al mismo tiempo que La Arena reclamaba la protección para el inmueble. En 2006 fue incluido en el Inventario del Principado.

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