El Museo de Anclas Philippe Cousteau amaneció este jueves sin las placas que identifican el lugar. Ubicado en la península de la Peñona, el emblemático emplazamiento, al final del paseo de la playa de Salinas, había sido objeto de otros actos vandálicos tras los botellones del pasado verano, aunque hasta ahora no se había robado ningún elemento. Esta circunstancia se produce cuando el PP de Castrillón acababa de hacer pública una petición para realizar un seguimiento más exhaustivo en la zona. El grupo municipal en había solicitado la instalación de cámaras de seguridad en zonas concretas del concejo, entre ellas el Museo de Anclas. Entre los objetivos de la propuesta, según trasladaron desde el partido, se encuentran los de “evitar actos de vandalismo, la seguridad de paseantes y disuadir botellones”.

Las anclas se encuentran repartidas por toda la Peñona, un verdadero parque con vistas incomparables, aunque las mejores vistas se obtienen desde la Cubierta de Velas (un conjunto escultórico que imita a las velas de los buques). Barranquilla (Colombia), los ayuntamientos de Bilbao, Santander o San Sebastián, o el Gobierno de Baleares (con una composición de un ancla y una escultura de un hondero, “Es Forner” y “Hondero Balear“, de Lorenz Roselló (1868-1901) son algunos de los donantes de material para el museo.