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El café Colón resurge entre aplausos en Avilés: "Fue un eje cultural y un lugar de encuentro”

“Su recuperación supone actuar en la trilogía del ocio burgués: hemos recuperado el teatro, se está recuperando el paseo, allí mismo, y faltaba el gran café”, sentencia el historiador Juan Carlos de la Madrid

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Fotos antiguas Café Colón

Un gran aplauso, si acaso un eco de las palmadas que en su día resonaron tras la actuación, por ejemplo, de la orquesta “Camuesco” en la terraza del café Colón, es el que se ha ganado el plan para recuperar este edificio, desvelado por LA NUEVA ESPAÑA. El viejo café es parte de la historia de la ciudad desde que los burgueses escribieron las primeras líneas de su destino, y a los avilesinos les agrada que esta joya, cargada de simbolismo social, vuelva a brillar.

“El Colón era una parte importantísima de la trilogía del ocio burgués: paseo, teatro y café. Era de aquellos cafés, a principios del siglo XX, que ya no eran antros en primeros pisos, que se abrían a la calle y que, en su decoración, remataba altos techos con escayolas en recuerdo de los salones nobles. Que ofrecían los servicios de los tiempos modernos: periódico, actividades y hasta aparatos de ozono para purificar el aire, como los que ahora se venden, por cierto”, explica el historiador Juan Carlos de la Madrid, para quien la recuperación de este edificio supone, precisamente, actuar en esa trilogía: “En Avilés hemos recuperado el teatro, se está recuperando el paseo, allí mismo, y faltaba el gran café burgués”.

El periodista Koldo San Sebastián considera “una idea excelente” que el edificio del Colón vuelva a lucir como antaño, casi tanto como cuando él residía en este caserón que pertenece a Sabugo, por eso de que está en la margen izquierda del Tuluergo. “Ahí viví diez años y había mucho movimiento: si mirabas por la ventana se veía pasar al tranvía, autobuses, las carrozas en época de fiesta… Recuperar este edificio va a dar vida a toda la zona, y va a posicionar a Avilés como un polo de atracción turística importante”, relata el antiguo morador, que solo pone un pero: “Tal vez le falte aparcamiento, aunque tenía una bodega, que en su día se inundó”.

Recuperar el café Colón reconvertido en apartamentos turísticos y sidrería en la planta baja es el reto que tiene entre manos el empresario asturmexicano Marcelino Álvarez junto a sus socios avilesinos. A la cronista oficial de Avilés, María Josefa Sanz, el Colón le devuelve “olores extraordinarios”, recuerdos de tertulias… “Fue una pena ver cómo se iba hundiendo poco a poco hasta la ruina que es hoy. Por eso para mí, la noticia ha sido una gran alegría. Todo el edificio en sí es muy bonito, pero ver renacer el Colón es volver a mi infancia”, dice Sanz, que, a raíz de las obras de reforma y revitalización del parque, intuyó que el viejo café podría tener nueva vida. No erró.

El edificio del café Colón desde el parque del Muelle. Myriam Mancisidor

“Varietés” ligeras

El primitivo edificio del Colón, antes incluso de llegar el café, acogió también los inicios del veraneo. Allí estaba la fonda Iberia y sus coches a los “baños” de Salinas. Luego en el café se dieron sesiones de algunas “varietés” ligeras (magos, cantantes) y de cinematógrafo que se organizaban en los años veinte. Cuando llegó la guerra civil, el Colón fue incautado. Su parte alta acogió la Federación Obrera de Hostelería de España y el Sindicato de Camareros y Cocineros “La Paz”; en la parte baja se despachaba chocolate, un lujo asiático que, sólo como medicina, se dispensaba a los diabéticos, como relata Juan Carlos de la Madrid.

En la posguerra, con una sociedad que quería volver a la normalidad, locales pertrechados como el café Colón acogían algunas actividades culturales de una villa bastante marginada de los circuitos estables. Cuando la fiebre siderúrgica hubo timbas, como en el Diamante, donde se jugaban jornales de sábado, manifiesta el historiador.

“Y su terraza aérea siempre fue lugar para asomarse al paisaje cambiante de Avilés: desde la colonia de indianos, que veía con nostalgia la maniobra de buques en el puerto, hasta las atestadas carrozas que pasaban por debajo en los años sesenta”, cuenta De la Madrid, que aprecia: “Hasta su mismo cierre como cafetón, acogió actividades originales como, por ejemplo, las partidas de todos los fanáticos del ajedrez avilesino”.

Urbanismo

Por todo esto, dice, recuperar el Colón significa recuperar la parte de la historia de la que fue protagonista. “Si del edificio hablamos, aunque no sea el original que cerró la Plaza Nueva, está en una esquina de esa plaza que intentó soldar la marisma que separaba Sabugo de Avilés. Urbanísticamente hablando es una recuperación de la historia del primer vuelco urbanístico que dio Avilés, desde finales del siglo XIX. El proyecto de unir esos dos núcleos de casco histórico es una propuesta hecha por mi hermano Vidal y yo mismo desde las páginas de LA NUEVA ESPAÑA, por cierto”, apunta el historiador, para quien la recuperación del Dindurra en Gijón es un modelo a seguir.

“Creo que todo lo salvable del edificio debe ser salvado. La historia se escribe con todo tipo de documentos. Con los edificios, también. Que sepa eso quien vaya a recuperar el edificio, que no se quede sólo en la fachada. Tiene mucha historia dentro que puede ser parte, rentable además, del futuro negocio. De todas maneras Cosme Cuenca, si es el arquitecto que se va a poner al mando de la operación, sabe todo esto y lo ha demostrado con brillantez en otros proyectos junto a Jorge Hevia”.

Para el Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón “siempre es un motivo de satisfacción la recuperación de los edificios históricos que forman parte de nuestro patrimonio”, en boca de Rubén Domínguez, historiador. “El inmueble cuenta con protección integral en el Catálogo Urbanístico y forma parte de un conjunto de excepcional importancia para la ciudad, como es la plaza de Hermanos Orbón declarada Bien de Interés Cultural. La recuperación del edificio, de sus valores arquitectónicos y la dotación de un nuevo uso que garantice un mantenimiento constante, es una gran noticia para la ciudad”, sentencia.

Aplauden también la recuperación del viejo cafetón los vecinos de Avilés. Por ejemplo, Pablo Castañón, de la asociación de vecinos “Pedro Menéndez”: “Para mí y una cantidad de avilesinos es una gran noticia por la connotación sentimental de lo que fue el café Colon y porque recupera un elemento catalogado. Fue un eje cultural y un lugar de encuentro”.

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