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La costera de xarda solo deja a los pescadores, de momento, la buena noticia de su alto precio

La cifra de ventas de la rula de Avilés, centro neurálgico de las descargas, se resiente de la menor presencia de barcos foráneos

Una pasada descarga de xarda en el puerto pesquero de Avilés. | Mara Villamuza

Los precios que se están pagando en la rula de Avilés por la xarda (caballa) son claros indicadores de que las capturas de esta especie típicamente primaveral no son todo lo abundantes que solían en años pasados: 1,35 y 2,60 euros el kilo son los valores mínimo y máximo de la horquilla de cotizaciones, muy por encima del precio medio pagado en la campaña de 2021 (1,14 euros el kilo), que ya había sido mejor que el de 2020 (1,05 euros el kilo). La inexorable ley de la oferta y la demanda es la que determina la notable apreciación que ha experimentado la caballa en el primer tercio de la costera: la oferta existente no alcanza para cubrir las expectativas de los compradores y el precio, en consecuencia, sube.

Hasta aquí las “buenas noticias”, por así llamarlas, que está dejando la presente costera de xarda en el Principado. Porque, más allá del precio medio, la campaña lleva una deriva preocupante, ya sea por causas estrictamente pesqueras o por otras ajenas, como la meteorología adversa ( la semana pasada hubo dos días que la flota estuvo prácticamente parada por el mal tiempo), la carestía del combustible o el impacto negativo que tuvo la huelga del transporte y que llevó, a su vez, a que los barcos también secundaran un amarre de tres días para presionar al Gobierno en demanda de medidas que paliasen los sobrecostes que han de afrontar los armadores en plena escalada inflacionista.

“Todos los factores extrapesqueros parecen haberse confabulado contra la campaña de la xarda”, comentan en medios pesqueros. Fruto de la incertidumbre con la que ha arrancado la costera de la caballa en aguas asturianas, la rula de Avilés se resiente, según sus gestores, en términos comerciales y aunque aún no se han hecho las cuentas “llevamos muchos menos kilos subastados que el año pasado”, admiten.

Las flotillas de barcos arrastreros gallegos y portugueses que debían estar trabajando desde hace semanas en aguas asturianas con la lonja de Avilés como puerto base tienen este año menos unidades como consecuencia de las incertidumbres iniciales sobre el desarrollo de la campaña. La flota asturiana de cerco, que también puede pescar caballa en estas fechas, se halla trabajando en Cantabria para combinar esta pesquería con la de bocarte; es otro factor que resta descargas en Avilés.

Por lo que respecta a la flota de anzuelo, la que numéricamente tiene más barcos apuntados a la costera, la impresión de los armadores es que la campaña “no acaba de arrancar”, igual que ya pasó el año pasado: el pescado se encuentra muy calado (hondo) y eso afecta negativamente al rendimiento de las artes, pues hay que dedicar más tiempo para obtener los topes diarios de captura autorizados. La consecuencia de todo esto es que la flota asturiana que pesca con artes diferentes a redes de arrastre o cerco llevaba consumido el pasado jueves un 21,12 por ciento del cupo que tiene asignado, cinco puntos porcentuales menos que la media de todas las flotas del Cantábrico, siendo la guipuzcoana, con un 36,6 por ciento gastado, la que mayor consumo lleva hecho. El consuelo de los pescadores es que “aún queda mucha costera y pudiera ser que en las próximas semanas cambien las tornas, que hasta ahora no fueron favorables”.

El Ministerio reparte 18,18 millones entre los armadores en concepto de “ayudas energéticas”

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicó ayer la resolución con la cuantía provisional de las ayudas de Estado a empresas armadoras de buques pesqueros, recogidas en el artículo 32 del Real Decreto-Ley de medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania.

El importe máximo a percibir por empresa no podrá superar los 35.000 euros, de acuerdo con lo establecido en la comunicación de 23 de marzo de la Comisión Europea sobre el Marco temporal de ayudas de crisis para apoyar la economía en el contexto de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. No obstante ese tope, el grueso de las cantidades repartidas entre los armadores ronda los 1.550 euros de media.

Esta línea de subvenciones cuenta con unas ayudas de Estado de 18,18 millones de euros que forman parte del total de 68,18 millones de euros destinados al sector de la pesca extractiva y acuícola en el marco del Plan de choque para mitigar los efectos económicos y sociales de la guerra en Ucrania. El reparto de estas “ayudas energéticas” fue acordado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación con las organizaciones pesqueras durante los días que la flota pesquera española amarró en protesta por el encarecimiento de los costes productivos provocado por el encarecimiento de la electricidad y los combustibles.

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