La Semana Santa de Avilés trasciende el plano religioso y repara en “el horror de la guerra de Ucrania”; ayer hubo ocasión de compadecer a los “hombres y mujeres que cargan una cruz cada día” en un entorno “teñido de sangre” que provoca “la huida y el miedo”. El párroco de Luanco, José Antonio Alonso, aprovechó el pulpito de la procesión del Santo Encuentro para comparar la dramática situación en la que se halla el pueblo ucraniano con el “trágico” camino al monte Calvario, y también con “los golpes, las burlas y la carga de una pesada cruz a los hombros” que sufrió Jesús. Alonso pronunció su sermón desde uno de los balcones del palacio Ferrera, ante cientos de personas que llenaban la plaza del Parche.
La representación del Evangelio que narra el episodio de Jesús torturado camino del Calvario comenzó poco después de las 20.30 horas. La cofradía de Jesusín de Galiana abrió el paso con sus tambores desde su capilla; al tiempo La Dolorosa, cuyo paso lucía un nuevo paño de terciopelo y estrenaba faroles y medallas, se dirigía desde San Nicolás de Bari en dirección a La Ferrería. Y, mientras, los sanjuaninos comenzaban a formarse. Todo entre aplausos y en una ciudad abarrotada. “Cada vez hay más gente”, se oía comentar entre el tumulto.
Los sanjuaninos ya tenían ganas de brincar después de dos años de parón. Y vaya si lo hicieron. Avanzaron por la calleja de Alfonso VII a La Cámara, y de ahí al Parche. Mientras, la imagen del Jesús nazareno y su cofradía recibían las loas del párroco encargado del sermón por su 75º aniversario, efeméride que comparte con la cofradía de Juan Evangelista. En la entrada de La Dolorosa al centro de la plaza, Alonso se refirió al “diálogo de amor” a través de la mirada de una madre a su hijo y en presencia de San Juan, discípulo amado de Jesús.
Tras el Santo Encuentro en El Parche, las tres cofradías participantes recorrieron las calles llenas de avilesinos y turistas que no perdían detalle de una Semana Santa potenciada, que ha vuelto con más fuerza y público que nunca.
