El cofrade de San Pedro desvanecido en la procesión del Santo Entierro de Avilés, un incidente del que dieron cuenta estas páginas, se comunicó ayer con el periódico para expresar por este medio su gratitud hacia todas aquellas personas –y fueron muchas– que le auxiliaron o se interesaron por su estado. La lista es extensa: el médico jubilado Siro Pérez, que le tomó la tensión; dos mujeres que hicieron las veces de improvisadas enfermeras, los agentes de la Policía Local que le condujeron a la ambulancia, el personal sanitario, tanto el de Emergencias como el del Hospital San Agustín; los cofrades que acudieron en su auxilio y, en general, cuantas personas presentes en la procesión mostraron preocupación por lo ocurrido. “Fue un bajón de tensión fruto probablemente de una mala hidratación y del calor pasado debajo del hábito; me miraron a fondo en el Hospital y han descartado que tenga nada grave; ya estoy bien”, señaló el afectado.
