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Una marcha sin visos de retorno

Manuel Alejandro Díaz, ingeniero informático, viajó a Alemania en busca de mejores oportunidades laborales: “Volver sería empezar de nuevo, y el panorama es complicado”

Manuel Alejandro Díaz, en las proximidades de su residencia en Frankfurt.

Manuel Alejandro Díaz González (Avilés, 1987), ingeniero informático, se marchó a Alemania hace 8 años para encontrar un trabajo bien remunerado y “crecer” profesionalmente. Al mes de llegar, estaba trabajando. Ahora, ya no se plantea volver. “Hemos hecho aquí nuestra vida, y sería empezar de nuevo”, asegura mientras atiende a su hijo, de poco más de un año. La sensación que tiene de la situación de Asturias y de España no mejora en la distancia. “Me parece terrible; la política en nuestro país está patas arriba y desde la distancia se ve un panorama muy complicado”, lamenta.

Este joven ingeniero informático estudió en el Instituto Nº 5 de Avilés, y después se licenció en Ingeniería Informática en la Universidad de Oviedo. Tras acabar los estudios, se mudó a Madrid, donde estaba su pareja. Allí estuvo cuatro años, y cuando ella acabó de estudiar “las cosas estaban complicadas”. “El trabajo estaba realmente mal pagado, sin horarios, con disponibilidad absoluta y sin que pudiéramos ver un futuro muy halagüeño a corto y medio plazo”.

Ambos habían visitado Alemania, y era un país que “nos llamaba la atención”. La que hoy es su mujer, enfermera de profesión, vio que había una oferta laboral interesante para su carrera profesional, así que se preparó la certificación y se fueron al país donde residen desde entonces. “Me vine con ella sin nada, pero al mes ya estaba trabajando”.

Manuel Alejandro Díaz interpreta su marcha a Alemania como “un paso más, otro escalón” en su vida y en su carrera profesional tras su paso por Madrid. Es más, asegura que “en mi familia no le cogió por sorpresa a nadie que me marchara. Las oportunidades en Asturias eran pocas y yo tenía claro que me tenía, que me quería ir”, matiza.

La pareja reside en Frankfurt, y hace poco más de un año que han tenido un bebé, “producto de la pandemia”, asegura el ingeniero avilesino riendo. Él trabaja en una organización internacional, “y aquí tenemos ya nuestra vida, nuestros amigos, nuestra rutina...Sería muy difícil volver, porque según están las cosas en España y en Asturias, no parece que haya oportunidades para tener un trabajo y una retribución como la que tenemos aquí”, afirma.

Díaz asegura que sigue la situación de su región y de su país en la distancia, por la prensa y a través de lo que le cuenta su familia. No ha vuelto desde antes de la pandemia por el covid-19. Y la impresión que tiene desde el país germano es de “mucha complicación, económica y política”. Y añade que todos los datos apuntan a una posible recesión. “En Alemania también hay dificultades, pero España tiene un elevado déficit, mucha deuda y van a subir los tipos de interés. Todo apunta a que va a haber recortes y subir el paro. La pandemia también supuso un incremento enorme del gasto en Alemania, y la economía se ha recalentado, pero hace años que el Gobierno se comprometió a cambiar su política económica y reducir el déficit, y lo hizo. Así que ahora vienen años de dificultades, porque la guerra de Rusia en Ucrania ha complicado mucho la política energética. Pero la situación económica de ambos países es muy distinta, y da la sensación de que España va a sufrir mucho más”, asegura.

Con este panorama global, la situación de Asturias le parece aún más compleja a este ingeniero avilesino. Por ejemplo, en su campo profesional, “hay empresas muy interesantes, pero hoy por hoy sus condiciones están bien para quien empieza en el mundo laboral. Será difícil atraer talento, si nos referimos a profesionales con experiencia y aspiraciones. Además, la regulación fiscal es tan fuerte que no ayuda mucho a la atracción de inversiones. Hay pocos alicientes para la empresa privada”.

Manuel Alejandro Díaz lamenta esta situación, porque remarca que en Asturias “hay un nivel formativo muy bien, y hay gente muy buena preparándose, pero cuando acaban se van fuera de Asturias y de España, porque los salarios son muy inferiores a otros países y las posibilidades de crecimiento profesional también”. En su opinión, “nuestra región es logísticamente complicada, la regulación fiscal es extrema, igual que el envejecimiento, y visto desde fuera resulta complicado hacer ver que el territorio es atractivo”.

Esta joven familia continuará en Frankfurt, donde nació su bebé. “Para empezar, tendrá la ventaja de ser al menos bilingüe, o trilingüe, y en la situación actual, parece que tendrá más oportunidades en el futuro”, asegura el orgulloso padre.

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