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Una trabajadora de Saint-Gobain despedida en 2018 tras una larga baja vuelve al tajo

Un médico calificó a la empleada de no apta, se convocó huelga, la multinacional buscó su incapacidad y ella regresará a la planta

Instalaciones de Saint Gobain, al fondo, en el medio, la antigua finca del Matadero. Mara Villamuza

Una trabajadora fue declarada “no apta” para desarrollar su labor de operaria en la planta de Sekurit (parabrisas) de Saint-Gobain Cristalería ha vuelto al tajo después de casi cuatro años de pleitos. En agosto de 2018, tras una larga baja –tenía una lesión tras un accidente– fue examinada por un médico del servicio externo de prevención que dictaminó que no era apta para el desarrollo de su trabajo (a esto la empresa lo llamó “ineptitud sobrevenida”). Sin embargo, los médicos de la Seguridad Social, la consideraban apta, señala su abogado, Santiago Martínez.

Un mes después, la trabajadora recibió una carta de despido –de cuatro folios– en el que la empresa le indicaba el camino a la calle. En septiembre, la trabajadora denunció a la empresa ante la Inspección de Trabajo. Adujo que su despido “era discriminatorio como consecuencia de su discapacidad”. Un mes después, los sindicatos de La Maruca abundaron en la misma idea.

Sin embargo, el órgano de vigilancia del Ministerio de Trabajo respondió que el caso de esta empleada no era cosa suya y animaba a iniciar un pleito por la vía social. En paralelo, el comité de empresa convocó una huelga para reclamar la readmisión. Esta convocatoria se levantó por que los representantes sindicales y la empresa llegaron a un acuerdo en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec).

El acuerdo abría un pleito con un letrado de la empresa para conseguir la declaración de incapacidad permanente total (llegaron al Supremo). “En caso que no se le sea reconocida”, se lee en el acuerdo, la empresa la tenía que reincorporar. Eso es lo que sucedió. La trabajadora buscó a su propio abogado para conseguirlo.

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