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¿Sabes la antigüedad del Real Avilés Industrial? Este artículo te la revela.

La veracidad documentada arroja luz sobre la edad del club, que este mes de mayo cumple 39 años

La camiseta de la primera equipación del Avilés.

“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla”. La célebre expresión, de autoría confusa y aplicable en infinidad de ámbitos, también le viene de perlas a la conjugación de territorio (Avilés), materia (fútbol) e historia (antigüedad), desde hace años necesitada de examen de conciencia y resolución.

La antigüedad de los clubes deportivos, en general, y los futbolísticos, en particular, es un tema recurrente y, sobre todo, muy expuesto al disparate y a la obsesión por aparentar lo que no se es. Hay cantidad de ejemplos en los que el falseo de fechas, lógicamente sin aporte documental, alcanza el esperpento. Por tocar uno de máxima actualidad, ahí está el del supuesto “centenario” del Burgos, que han osado institucionalizar sin darse cuenta de que cien no son los años de la entidad vigente, sino el número de equipos (valga la ironía) que pervivieron junto a la grandiosa catedral. Lejos de ganarse el reconocimiento, los dirigentes de El Plantío han provocado el efecto contrario, perdiendo el respeto del colectivo de historiadores y ganando a pulso la condición de hazmerreír nacional. Por desgracia, el fútbol patrio carga con muchos modelos similares, promocionados por “fuentes informativas” de gran afluencia e influencia. Webs megavisitadas como Wikipedia, Bdfutbol… que son extraordinarias, pero que también copian y copian mal, sirven de espejo a quienes copian y copian mal. Es un bucle.

En la tarea de modernización y lavado de imagen que el Real Avilés, fundado en 1983, se encuentra inmerso, tras tantos años de desaliño, la nueva propiedad está a tiempo de no permitir que el buen nombre del Club siga siendo manchado por quienes, ajenos a la honestidad y al mínimo rigor, reparten años de fundación (1903, 1915, 1916…) como si regentaran una tómbola. Se debe huir de versiones basadas en meras opiniones, propias del trampeo al solitario que sólo pretende dotar al Club de una apariencia que no necesita. En ese sentido, argumentos, a cual más burdo, se vienen agolpando desde hace años. Puntualicemos en los dos más habituales, como son la inventada “absorción” y la excusa de la gestión interna de la Federación.

Extracto de las actas correspondientes a las asambleas extraordinarias que los desaparecidos Real Avilés CF y CD Ensidesa completaron el 10 de mayo de 1983, para aprobar su “fusión”. Extracto de las actas correspondientes a las asambleas extraordinarias que los desaparecidos Real Avilés CF y CD Ensidesa completaron el 10 de mayo de 1983, para aprobar su “fusión”.

El 10 de mayo de 1983, los desaparecidos Real Avilés Club de Fútbol y Club Deportivo Ensidesa convocaban sendas asambleas con un único punto en el orden del día, la “fusión” (sic) de ambas entidades. El plebiscito salía adelante con la rotundidad del 71,7% global de votos afirmativos y aquellos 742 socios que ejercían el sufragio sabían perfectamente el significado de la consulta. Así quedó constancia en el Artículo 1 de los estatutos del club naciente, publicados un mes después de las votaciones: “El Real Avilés Industrial Club de Fútbol, creado a partir de la fusión del Real Avilés C. F. y del C. D. Ensidesa, es una asociación privada con personalidad jurídica y capacidad de obrar…”

Nada queda a la duda con el participio “creado” y el sustantivo “fusión”, cuyo significado jurídico es rotundo: “La fusión de dos o varias sociedades en una nueva implica la extinción de cada una de ellas y la transmisión en bloque de los respectivos patrimonios sociales a la nueva entidad”. Por lo tanto, sólo queda pensar que el concepto “absorción”, que nadie será capaz de demostrar con sustento documental, habría sido producto de alguna ensoñación o conversación de origen desconocido, seguramente bajo techo hostelero, con ánimo de enmarañar y, ya puestos, hasta de crear un sentimiento de humillación en los viejos seguidores del Ensidesa, pues este sería el club supuestamente absorbido.

Una reproducción de la primera página de los Estatutos del Real Avilés Industrial (1983), en cuyo artículo 1 queda patente su condición de nuevo club: “Creado a partir de la fusión”.

También afloran los ridículos pretextos que involucran a la Federación en un asunto que le es ajeno, pues el organismo no está para certificar la antigüedad de los clubes y sí, como mucho, la de afiliación a su competencia. Todo viene por el famoso 1001, mero número de control interno que el ente federativo, de forma arbitraria, trasladó en 1983 desde el extinto Real Avilés al nuevo Real Avilés Industrial.

Por otro lado, resulta llamativo cómo la corriente que apela al mantenimiento de una antigüedad superior al siglo, pese a la fusión y extinción de los clubes avilesinos, no tiene reflejo en los otros dos grandes ejemplos de fusiones que ha deparado el fútbol asturiano. Huelga profundizar sobre las posturas de los entornos del Real Oviedo y Unión Popular de Langreo, que jamás apelaron a la continuidad de sus predecesores, Deportivo y Stadium, en el caso de los ovetenses, y de Club Langreano o Círculo Popular La Felguera, en el de los nalonianos. Nadie especula con el año de fundación del Real Oviedo (1926) y Langreo (1961), como nadie debería especular con el del Real Avilés Industrial (1983).

Asimismo, no se deben confundir los cambios de denominaciones de los clubes con sus fechas de fundaciones. El cambio de nomenclatura no es más que eso. Así ocurrió, por ejemplo, con el propio Real Avilés Industrial, cuya propiedad decidió, en la Junta General Universal de Accionistas de 27 de marzo de 2012, suprimir el vocablo “Industrial”, que, por cierto, podría ser recuperado en el futuro. Hoy, cualquier persona puede acudir al Registro Civil para cambiar su nombre, pero, obviamente, no su edad.

Es evidente que el recuerdo y la investigación de los extinguidos tiene que seguir latente, pero situando a cada uno en su sitio, sin mezcolanzas ni argucias engañosas. Cada vez que se meten en coctelera las andanzas de los extinguidos Real Avilés y Ensidesa con las del Real Avilés Industrial, el ungüento que sale es imbebible. Pregunta capciosa: ¿Quienes no reconocen la fecha del 3 de septiembre de 1983, la del aquel partido en el Ampurdán, como la del primer encuentro oficial de la historia del Real Avilés Industrial, en qué día y lugar sitúan el inmediatamente anterior? La antigüedad falseada causa sonrojo; la verdadera otorga dignidad y todo el prestigio que el Real Avilés necesita recuperar, sobre todo en este momento tan importante de su historia. Bueno es recordarlo, matizarlo y documentarlo, precisamente hoy, cuando cumple 39 años… y a mucha honra.

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