“Los fondos europeos con los que cuenta España pueden ayudar a que la inversión en la planta de aluminio de San Balandrán fructifique”, reconocieron ayer a LA NUEVA ESPAÑA desde el Ministerio de Industria. La fábrica avilesina está a la venta desde diciembre del pasado año, cuando los despachos de abogados ovetenses de Miguel Gómez Gordillo y GdP Legal se hicieron cargo de administración concursal de la empresa Alu Ibérica Avl, la sociedad que es propiedad de los investigados por la Audiencia Nacional David Domenech –que también responde como Víctor Rubén– y su socia Alexandra Camacho. La magistrada titular del Juzgado Central Número de la institución los considera presuntos responsables de la descapitalización fraudulenta de la fábrica que ha conducido a la empresa a la situación actual: sin actividad, sin personal, en liquidación.
El Ministerio de Industria, señalaron las mismas fuentes oficiales, “viene trabajando intensamente en la búsqueda de una alternativa industrial que dé salida a las instalaciones de Alu Ibérica en Avilés”. Y esto se materializa en que “diez empresas han mostrado interés” en resucitar la actividad industrial en la orilla derecha de la ría. Reconocen, sin embargo, “que un 40% de dichas empresas, podrían finalmente presentar un proyecto de inversión solvente. El objetivo es encontrar una empresa con un proyecto industrial a largo plazo”.
Como viene informando LA NUEVA ESPAÑA, los ojos de las autoridades políticas y de los administradores concursales están puestos en dos alumineras, una ingeniería apoyada por un fondo de capital y una empresa de energía renovable. Ninguna de ellas, según ha sabido este periódico, ha materializado aún su oferta, pero todas ellas han mostrado un interés claro en revivir la actividad secundaria en San Balandrán.
Las alumineras son Aludium y Trafigura. La primera sociedad es filial de Atlas Holding.Tal y como adelantó este periódico, defienden un proyecto que conlleva la reactivación de la fundición de aluminio a corto plazo y un plan en varias fases, con una inversión que oscila entre 50 y 70 millones de euros que generaría cerca de 200 empleos. Aludium llamó sin éxito a las puertas de Alcoa cuando esta multinacional organizó un “casting” para buscar un inversor “serio y solvente” y optó por Parter Capital que, en abril de 2020 vendió un tercio de su propiedad a Grupo Industrial Riesgo –la entidad comercial contralada por Domenech y Camacho– y a partir de ahí comenzó la crisis que ha llevado a 256 trabajadores al paro. La empresa Aludium es la propietaria de las fábricas que la propia Alcoa había puesto a la venta cuando comenzó su repliegue de España –en 2015–, concretamente, las plantas de aluminio de Alicante, Amoribieta (Vizcaya) y Castelsarrin, en el sur de Francia.
La corporación singapureña Trafigura, por su lado, es conocida en España por haber intentado –sin éxito– hacerse con la fábrica de aluminio primario que Alcoa tiene en San Ciprián, la misma que amenazó cerrar y que ahora, tras dos fracasos judiciales, mantiene activa. En su web señalan: “A través de nuestras divisiones de petróleo y derivados, metales y minerales, y energía y renovables, desplegamos infraestructura, habilidades y una red global para mover materias primas desde donde abundan hasta donde más se necesitan, formando relaciones sólidas que hacen que las cadenas de suministro sean más eficientes”.
Hay dos corporaciones más con más posibilidades de presentar, como señala el Ministerio de Industria, un plan de inversiones “solvente”. La primera es una empresa de reciente creación –Ignis–, que se dedica a la energía renovable y que se encuentra en la actualidad en un período de expansión, principalmente, en España. La cuarta opción más realista, según están las cosas a día hoy, es una ingenería con un plan de desarrollo vinculado al hidrógeno verde. Esta sociedad cuenta con el apoyo de un fondo de capital de origen asiático. Mientras tanto, la empresa ya tiene un plan de liquidación pendiente de aprobación por el juez.
