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Seis meses para valorar una lesión de rodilla, y sin fecha para operar

Israel Fernández teme quedar cojo e incapaz para su trabajo víctima de las listas de espera para una intervención quirúrgica

Israel Fernández. MARIA FUENTES

Israel Fernández, de 39 años, ha tenido que cambiar forzosamente las cuerdas y los arneses que formaban parte de su vida cotidiana –es trabajador de la construcción en altura– por las muletas de las que se vale para caminar desde que en septiembre de 2021 resbaló en la calle Bances Candamo de Avilés y destrozó la rodilla derecha. El ligamento cruzado, la cabeza del menisco, la rótula, cartílago y un tendón se vieron afectados por el brusco giro que hizo la articulación debido a una mala pisada sobre el pavimento mojado.

Que algo se había roto en su rodilla lo supo Israel Fernández desde la misma noche del accidente –“empezó a hinchar de forma preocupante”, explica– pero lo increíble es que no tuvo diagnóstico hasta seis meses más tarde (en marzo de este año). Y respecto a la operación quirúrgica que debería servir para recomponer el destrozo, lo único que sabe es que está citado para el preoperatorio en julio... “Ya empiezo a mentalizarme de que me quedaré cojo de por vida por culpa del funcionamiento de la Sanidad”, lamenta la víctima del aparente colapso quirúrgico del Hospital San Agustín, su centro de referencia.

Según el relato de este paciente desesperado, la primera visita a Urgencias, a las pocas horas del resbalón fatídico, se saldó con la realización de placas que descartaron lesiones óseas, una receta de calmantes para el dolor y su inclusión en la lista preferente para la realización de una resonancia magnética (una prueba que proporciona a los médicos una imagen del estado de los órganos internos del cuerpo). “Pero tardaron cuatro meses en llamarme para hacerla”, reseña. Un tiempo en el que las muletas empezaron a formar parte de su vida.

Una vez realizada la prueba, aún pasaron, según asegura, dos meses más hasta que un responsable de Traumatología le dio el diagnóstico y le habló de la necesidad de operar. Para la cirugía, Israel Fernández fue derivado al Hospital de Avilés, si bien el médico que debería hacer la intervención ya le ha comunicado que la operación es “demasiado compleja” como para hacerla en un centro especializado en cirugías menores y ambulatorias.

Y en ese limbo se encuentra Israel Fernández. “Estoy citado para el preoperatorio en julio, pero ignoro cuándo y dónde me operarán. Tampoco sé si me tiene que hacer dos operaciones o tres, como algún médico ya ha anticipado... Lo único que sé es que el paso del tiempo debe estar agravando la lesión y que estoy inútil para trabajar, y de algo tengo que vivir”, protesta el paciente. Israel Fernández presentó una queja formal en el servicio de Atención al Paciente del área sanitaria, pero no obtuvo respuesta. Justo lo que espera con ansia: que alguien le explique qué solución van a darle a su maltrecha rodilla.

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