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Los vecinos aúnan voces por el alumbrado de la Variante: “La gente se está jugando la vida”

Doce colectivos recaban apoyos para encender las bombillas apagadas desde 2008: “No es comparable el riesgo al ahorro”

Representantes de distintos colectivos vecinales de Avilés, ayer, en la plaza de España. | M. M.

Decenas de víctimas mortales, accidentes de circulación frecuentes... La variante de Avilés (N-632) pese a no tener ya la etiqueta de “punto negro” continúa siendo un quebradero de cabeza para los cientos de conductores que transitan por ella, la mayoría vecinos de la comarca que usan la circunvalación, que suma un total de diez kilómetros, para trayectos de corto recorrido como puede ser de Piedras Blancas al Hospital Universitario San Agustín. El principal problema, apuntan, es la falta de iluminación: “La gente se juega la vida cuando pasa por esta vía”.

El Ministerio de Fomento, propietario de la carretera, apagó las luces de la variante con el inicio de la crisis económica, allá por 2008. El objetivo: reducir el consumo de energía. El enfado de los vecinos, que llevan años esperando a que las farolas vuelvan a tener uso, ha llegado hasta tal punto que doce colectivos vecinales de la ciudad han unido voces para urgir el encendido del alumbrado, al menos en los cruces. “No es comparable el riesgo que sufren los conductores con el ahorro”, sentencia Belarmino Nieto en representación de los vecinos del Carbayedo.

Con él están representantes de Versalles, La Luz, La Magdalena, Llaranes, el centro o El Nodo, por citar algunos. Por el momento, los vecinos prevén recabar apoyos en los ayuntamientos de Avilés, Castrillón, Corvera e Illas así como en el Gobierno regional y no descartan tomar medidas “más drásticas” si Fomento mantiene a oscuras la carretera nacional 632 a su paso por la comarca.

“De momento esto no es una movilización ni nada parecido. Se trata de buscar una solución a un problema enquistado que supone un peligro para muchos conductores”, señala Nieto. Antonio Gil, en representación de los vecinos de Versalles, agrega: “Que se encienda el alumbrado es una necesidad y una cuestión de seguridad. Tráfico está continuamente haciendo campañas de sensibilización, pero no se invierte ni un solo euro en la iluminación de esta carretera, lo que una falta de respeto total y absoluta para los conductores que transitan por ella”.

Jabalíes

Desde las distintas asociaciones vecinales de la ciudad coinciden punto por punto: “Es necesario que, al menos, se alumbren los cruces. Especialmente en una carretera en la que salen jabalíes, lo que la hacen aún si cabe más peligrosa”, recalcan. Los conductores critican, además, que las farolas se cuentan por decenas. Sin embargo, la luz brilla por su ausencia.

La iluminación de variante fue en su día una de las medidas adoptadas por Tráfico con el objetivo de reducir la siniestralidad en la vía, inaugurada en 1990. Los años más negros de la vía fueron 1993 y 1998, con nueve fallecidos cada uno. En este sentido, la Dirección General de Tráfico (DGT) decía en 2004 que la gravedad de los accidentes que se producen en vías sin iluminar resulta seis veces mayor que si se trata de una calzada correctamente alumbrada.

Algunos de los siniestros se explican, según los expertos, por un exceso de confianza por parte de los conductores, muy numerosos. Esto también tiene una explicación: la circunvalación avilesina ha pasado de ser la única vía de comunicación entre la cornisa cantábrica con Galicia a ser utilizada, básicamente, por conductores de la comarca una vez inaugurada al tráfico la Autovía del Cantábrico en diciembre de 2005.

La variante de Avilés soporta a diario un tráfico medio próximo a los 20.000 vehículos, tantos como la Autovía del Cantábrico a su paso por la comarca. Los últimos datos de las carreteras que maneja la Dirección General de Tráfico reflejan que por la nacional que bordea la ciudad (la N-632) pasan a diario 19.852 vehículos frente a los 21.706 de la autovía a Galicia (A-8).

En 2015, tras varios apagones intermitentes, se ordenó por vía ministerial –pensando nuevamente en términos de ahorro energético– que las carreteras convencionales, como la Variante, “no se iluminarán en general, aunque podrá justificarse su iluminación en caso de que el tramo sea un TCA (tramo de concentración de accidentes) y en los dos últimos años más de la mitad de los accidentes se hayan producido en periodo nocturno”. No obstante, establece excepciones en las que se justificaría alumbrado en ese tipo de carreteras para “enlaces situados en zonas interurbanas en los que la intensidad media de vehículos sea igual o superior a 80.000 por día”. La variante de Avilés no cumple ni de lejos esos parámetros.

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