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Avilés forma ciudadanos emprendedores

Cerca de 200 estudiantes de nueve centros aprenden a crear sus negocios y venden con éxito sus productos en El Parche

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Así fue el mercado de cooperativas escolares en El Parche María Fuentes

Avilés y Asturias necesitan emprendedores. Y eso es lo que durante este año han trabajado casi 200 menores de los centros educativos avilesinos que ayer instalaron sus negocios en la plaza de España para vender sus productos al público en general y con éxito de ventas. Previamente, tuvieron que tramitar en el Ayuntamiento sus licencias y presentar su declaración responsable, como cualquier empresario cuando va a iniciar su actividad. Una vez recogidas las ganancias, tendrían que tributar a Hacienda, que en su caso será entregar una parte a la ONG que decidan los integrantes de cada “negocio”.

El “Mercado de Cooperativas Escolares” es el último paso del trabajo realizado durante todo el curso escolar, y en el que han participado 196 estudiantes de nueve centros educativos de la comarca, que han “constituido” 10 empresas educativas –cooperativas y asociaciones– donde comercializan productos propios. El alumnado es de todos los niveles educativos: Primaria, Secundaria y Educación Especial que participan en los proyectos educativos Mi Escuela (EME), Empresa Joven Europea (EJE), así como los Centros de Apoyo a la Integración (CAI) que forman parte del proyecto Una Empresa en mi Centro (EMC).

Entre los múltiples clientes de los puestos instalados en El Parche, estuvieron la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, los concejales del consistorio avilesino y la directora gerente de la Ciudad Tecnológica Valnalón, Marta Pérez, entre otros.

“Es una actividad que trata de desarrollar el espíritu emprendedor y de cooperativa, el trabajo en equipo y de sacar adelante proyectos adelante. Es muy necesario y en la etapa educativa es muy buena para este tipo de prácticas”, señaló la regidora avilesina.

Marta Pérez añadió que “lo que se trabaja son las competencias que nos preparen para la vida: trabajo en equipo, creatividad, asunción de riesgos, la adaptación al cambio constante... Y se trabaja en diferentes asignaturas. Lo que presentan son proyectos de economía social, con otras cooperativas”. También tiene presencia activa el alumnado de Educación Especial, con lo que “trabajamos la socialización, visibilizar la diversidad y otras riquezas y capacidades”.

“Colocar” el producto

Mientras Monteserín y Pérez explican el método y los objetivos de este programa, los jóvenes emprendedores ponen en práctica lo que han aprendido, pero casi sin darse cuenta: el trabajo en equipo también para comunicarse con sus potenciales clientes, atraerlos y convencerles para que adquieran sus productos.

Francisco Cobo y Víctor Tuset pertenecen a La Unión, de Salinas (Castrillón), un centro de apoyo a la integración para personas adultas con discapacidad intelectual. Junto a sus compañeros y compañeras, lo mismo trataban de vender preciosas conchas decoradas, que un repollo, una planta o fundas para gafas fabricadas en el centro. “Venimos todos los años y nos gusta mucho. De momento se va vendiendo, pero regular. A ver si se anima esto”, aseguran mientras muestran sus productos.

Samuel Fernández, es el presidente de la cooperativa Asturcinco S. Coop., y Raquel Fernández es la responsable de producción. Junto a otros 13 compañeros y compañeras de 3.º de la ESO del instituto Número 5 de Avilés montaron una “joint venture” para intercambiar productos con un centro de Navarra. De Avilés partieron bollos de Pascua, marañuelas de Luanco, moscovitas... y llegaron chorizos y chocolates de tierras navarras.

Son solo algunos ejemplos de iniciativas emprendedoras de preparación al futuro.

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