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Saint-Gobain estima en siete millones el sobrecoste de los parabrisas no vendidos

La empresa logra constituir la mesa que negociará los despidos de 40 trabajadores y los sindicatos sopesan “empezar a tomar medidas”

Instalaciones de Saint-Gobain. RICARDO SOLIS

La empresa Saint-Gobain Cristalería quiere congelar los contratos de todos los trabajadores de su división de Sekurit (negocio de vidrio de automoción) en el mes de junio para despedir a 100 en julio (40 de ellos en Avilés). Y planea esto porque, según asegura, la situación en que se encuentra la industria automovilística –de la que Saint-Gobain es auxiliar– está dejando tiesas las cuentas del negocio de parabrisas, lunetas y cristales traseros (los productos que fabrica la compañía: los primeros, en Avilés; los otros dos, en Arbós, en Tarragona). Cuantifican el arañazo concretamente: cuando acabe el mes el vidrio almacenado costará 42 millones cuando, aseguran, no debería pasar de 35. Y el coste financiero de esa diferencia es “inasumible”.

Estos números son los principales para justificar el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). La dirección de la empresa considera que congelar los contratos doce días podrá rebajar el valor del vidrio almacenado a 38 millones de euros, es decir, algo más de lo que considera el límite “asumible”. Dice, sin embargo, que esta pequeña reducción va a permitir a la división cuadrar los números.

A todo esto lo llaman desde la empresa “razones productivas”. Los sindicatos, sin embargo, no lo llaman nada porque la situación en que se encuentra es de presión doble: tras el despido temporal va el de para siempre. Y eso empezó a tomar cuerpo ayer. Los representantes de los trabajadores han convocado asambleas en Avilés (11.00 y 17.00 horas) y en Arbós (11.00 y 15.00 horas) “para exponer la información” y “tomar las medidas oportunas al respecto”.

La empresa, lo admiten los trabajadores, se ha salido con su idea original: negociar los despidos y el ERTE de manera paralela con el fin de que toda la operación de “reorganización del negocio” –así lo llaman– quede listo el próximo día 8 de julio. Los ERE tienen un período de negociación de treinta días, los ERTE, de quince. Los trabajadores querían ir paso a paso, pero eso alargaría la crisis del vidrio hasta agosto, en pleno período vacacional.

La división de automóvil de Saint-Gobain se ha cobrado, por el momento, modificaciones sustanciales de trabajo (calendarios), ERTE de Fuerza Mayor, ERTE por razones productivas, paradas programadas, paradas sin programar y hasta un ERTE “por si acaso”. Y todo esto bajo el dictado del consejero delegado de la matriz, el francés Benoit Bazin, que este pasado mayo explicó a los representantes de los trabajadores europeos que era el momento de “racionalizar el negocio”.

Lo que sucede en la división de parabrisas es lo contrario de lo que sucede en la de construcción, que va viento en popa. Lo aseguró el otro día el consejero de Industria, el socialista Enrique Fernández. Los dos negocios se desarrollan en el mismo complejo industrial: en La Maruca.

Los negociadores del ERTE y del ERE se verán las caras la próxima semana en Madrid y los representantes de los trabajadores lo harán con el mandato que hagan sus compañeros en las asambleas. Las espadas están en alto.

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