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La nueva electrolisis de Asturiana de Zinc, ya finalizada, entra en la fase de pruebas

El proyecto más ambicioso de la empresa ha movilizado medio millar de empleos en los picos más altos y 100 millones de euros de inversión

La fábrica de Asturiana de Zinc. MARA VILLAMUZA

La empresa Asturiana de Zinc (Azsa) acaba de completar un proceso de ampliación espectacular: la nueva nave de electrólisis que sustituirá a dos más antiguas de la fundidora de San Juan de Nieva y que implica una inversión de más de 100 millones de euros, está ya terminada, y en fase de pruebas, a la espera de su entrada en funcionamiento. En el inestable contexto económico actual, donde el elevado precio del gas está impactando directamente en el precio de la electricidad, la fecha de arranque es todavía una incógnita. Asturiana de Zinc se ha visto obligada a ajustar su producción desde finales de 2021 para reducir su exposición a los períodos de precios máximos de la electricidad durante el día. En 2021 esto provocó que, por primera vez tras 13 años consecutivos de aumentos de producción, se redujera la misma con respecto a años anteriores.

Y en el arranque de 2022, el nuevo aumento de los precios del gas y su impacto en el precio de la energía eléctrica ha provocado que la producción se reduzca en un 50% durante muchas horas del día, con el consiguiente impacto financiero. Desde Asturiana de Zinc, con una capacidad productiva anual superior a 510.000 toneladas de cinc vendible y con una plantilla consolidada superior ya al millar de empleados y más de 300 contratistas, defienden haber trabajado en el camino de la Unión Europea hacia las energías renovables desde principios del año 2017, tomando desde entonces, entre otras decisiones, la de suscribir sendos contratos de suministro de energía eléctrica con energías renovables. Sin embargo, los efectos todavía visibles de la crisis energética en Europa han frenado las posibilidades de avanzar a mayor ritmo. La obra de nueva nave, eso sí, se adelanta a los requerimientos para la industria 4.0. La reducción de las necesidades de mantenimiento y consumo de reactivos es una de las muchas ventajas de la nueva instalación de electrólisis que Azsa ha construido en San Juan de Nieva. La imponente obra, además de alargar la vida útil de los electrodos y otros elementos, supone un extra para un aprovechamiento más eficiente de los recursos naturales.

El precio de la electricidad, según la última información que maneja la empresa, supone actualmente más del 75% de sus costes de producción, y eso está provocando que continúen produciendo en pérdidas. La diferencia a este respecto con países del entorno como Alemania implica una pérdida de competitividad en las operaciones donde el coste de la energía respecto al coste total es mucho menor, en algunos casos por debajo del 30% de los costes totales.

Como el resto de las empresas electrointensivas de su tamaño, Asturiana de Zinc ha venido reclamando un marco regulatorio «facilitador» que proporcione un alto grado de «previsibilidad» y «seguridad» para continuar trabajando con ciertas garantías.

Un gigante industrial que ocupa a más personas que todas las que viven en el concejo de Illas

La fábrica de Castrillón, con cerca del millar personas ocupadas, sostiene buena parte del empleo industrial en el concejo de Castrillón y ha visto «crecer» su plantilla en otro medio millar de personas con la presencia de los grupos de construcción y suministro para levantar la nueva nave. Así, si se reuniera en un único espacio a todos ellos superarían con creces toda la población del concejo de Illas, que en la actualidad suma 1.045 habitantes, Los empleados que participaron en la construcción de la nueva nave procedían de empresas locales, alguna de ellas parte del grupo Glencore, como Mefasa y Concasa. También ha participado personal trabajando para la obra de la nave de electrólisis de talleres e ingeniería de fuera de Azsa, mayoritariamente en Asturias, y algunos en otras regiones de España o, incluso, fuera de la Península.


Además, la inversión de la empresa en el antiguo parque de intemperie –por encima de 100 millones–, supera a la prevista para el centro logístico de Amazon en el polígono de Bobes (Siero), donde se anuncian 2.000 empleos, tantos como los que ronda Azsa entre su plantilla habitual y el personal vinculado a la obra de ampliación, un coloso de empleo e inversión en San Juan de Nieva.

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