La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La UCI implanta medidas para mejorar la eficacia en un entorno más humano

El equipo que lidera Manuel Valledor en el San Agustín trabaja ya para la detección precoz del deterioro clínico, en flexibilizar horarios de visita, implicar a las familias en la atención o en el cuidado de los profesionales

Un paciente en una de las uvis covid habilitadas en el Hospital Universitario San Agustín en las peores semanas de la pandemia. | MaraVillamuza

La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario San Agustín fue clave en los últimos meses: desde este espacio multiplicado en tamaño en distintas olas mecidas por el covid se trabajó a contrarreloj para sacar adelante a muchos pacientes infectados por el nuevo virus. Ahora, en la UCI que gobierna Manuel Valledor se están poniendo en práctica una serie de medidas con unos fines muy concretos: mejorar la eficacia y efectividad de la medicina crítica, hacerla de forma segura para el paciente y en un ambiente lo más humano posible tanto para enfermos y familiares como para el personal que trabaja en la unidad.

En el San Agustín en concreto se trabaja ya para detectar de forma precoz el deterioro clínico de los pacientes fuera de la UCI –la llamada UCI sin paredes–, tanto hospitalizados como en urgencias “pues su reconocimiento y el inicio precoz del tratamiento ofrece las mayores posibilidades de éxito”. “A esta detección precoz le sigue determinar cuál es el sitio más adecuado para su atención –planta o UCI– y prestársela mediante los denominados equipos de respuesta rápida”, explica Valledor. En segundo lugar se trabaja para la identificación y el tratamiento también precoz de las denominadas patologías tiempo dependientes: estas se caracterizan porque su pronóstico viene determinado en gran medida por la rapidez con la que se instaure un tratamiento e incluye, por ejemplo, el síndrome coronario agudo, la patología cerebrovascular aguda, la asistencia la parada cardiorrespiratoria o la atención al paciente séptico y al politraumatizado.

Otra de las acciones que ya ha incoporado el equipo de Valledor es la denominada humanización de la UCI, una medida dirigida a hacer más amigable la estancia en la UCI. ¿De qué forma? “Tratamos de flexibilizar los horarios de visita adaptándonos en lo posible a las necesidades del paciente y de su familia y de favorecer el bienestar del paciente en lo relativo a sedación, analgesia, malestar físico y apoyo psicológico. También se trata de potenciar la presencia y participación de los familiares en los cuidados y proporcionar adecuados cuidados paliativos a los pacientes ingresados en la UCI cuando la restitución de la salud no es posible, especialmente al final de la vida”, explica el jefe de los intensivistas del Hospital Universitario San Agustín.

Otro aspecto muy importante de la humanización de las Unidades de Cuidados Intensivos, apunta, es el personal, al que igualmente hay que cuidar con el objetivo de evitar el desgaste profesional tan frecuente en esta especialidad. “Se trata de mejorar el entorno de la UCI, la dotación adecuada de personal, del reconocimiento y liderazgo así como de estimular el autocuidado: descanso, alimentación, ejercicio...”, manifiesta.

La tercera pata de este proyecto es mejorar la seguridad del paciente; es decir, evitar el daño durante la atención sanitaria derivado de errores, desvíos o accidentes. “En este sentido, nuestras acciones van dirigidas a fomentar la llamada cultura de seguridad mediante la discusión abierta de los incidentes y eventos adversos observados y su rápida comunicación que permita la pronta adopción de medidas correctoras, la prevención y el control de la infección nosocomial y de las bacterias multirresidentes (higiene de manos, úlceras por presión, uso adecuado de antibióticos...) e implantar medidas que aseguren un uso seguro de medicamentos y productos sanitarios”, concluye Valledor.

Congreso nacional

La Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) apoya y promociona estas líneas de trabajo que se aplican en el San Agustín. Precisamente porque se abre una nueva etapa en la atención y el tratamiento del paciente crítico, los intensivistas españoles quieren aprovechar su próximo congreso para sentar las bases de lo que deben ser los cuidados intensivos en el escenario postpandemia.

Este Congreso nacional que se celebrará en unos días en Sevilla quiere establecer las bases del futuro de la especialidad más allá de la pandemia. Así, los intensivistas pondrán sobre la mesa, entre otros, las oportunidades para avanzar como equipo interprofesional, las recomendaciones generales de consenso para el transporte de pacientes en ECMO o el diseño de las nuevas UCI de cara a la prevención de errores de medicación. Unas UCI a corto y medio plazo en las que la inteligencia artificial y el uso de herramientas de big data son cada vez más importantes. La importancia creciente de estas también será motivo de análisis. En el Hospital Universitario San Agustín, entre tanto, ya se ha pasado de la teoría a la práctica.

Compartir el artículo

stats