La mina de Arnao es una antigua explotación radicada en la rasa costera castrillonense, sin uso desde hace décadas y con mucha historia, que se mantiene viva pese a su clausura total en 1915. Tal es así que ese espacio ahora convertido en museo albergó ayer la recreación "La noche en la mina", aunque se desarrollara por la mañana. La iniciativa es una ruta guiada por la explotación; sin embargo, tiene la peculiaridad de que los visitantes transitan por la mina al estilo del siglo XIX, es decir, tan solo iluminados por la luz de faroles y candiles.
La primera de las visitas reunió a doce personas, que recordaron a las "cuadrillas" que trabajaron en una explotación única en Europa al contar con galerías submarinas. Uno de los asistentes, de origen gallego, indicó su interés para conocer la antigua mina porque su profesión es también la de minero, en una explotación a cielo abierto.
El paseo casi a tientas por la primitiva instalación que a su vez es la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica evocaba tiempos pasados, como los de 1835, cuando la mina contaba con 130 trabajadores y tres de ellos eran mujeres. La visita intenta transmitir además aquellas jornadas extenuantes, sin apenas luz en la que los mineros respiraban el polvo que manaba de la tierra con tareas que se extendían hasta las catorce horas diarias bajo tierra. Este tipo de visita ya tiene todas las reservas agotadas, no así las visitas convencionales a la mina de Arnao para las que es necesario reserva previa en la página web del museo. Su horario de apertura es de martes de domingo, desde las 11.00 hasta las 15.00 y de 16.00 a las 20.00 horas.
