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Mariví Monteserín muestra recelo a que la "Ley Trans" aliente cambios de sexo "por moda"

La Alcaldesa expresa discrepancias sobre la autodeterminación de género y desaconseja "precipitaciones" en esta materia

De izquierda a derecha, Lucía Fernández Ron, Mariví Monteserín y Ana de Miguel Álvarez. | María Fuentes.

La llamada "Ley Trans", aprobada el pasado martes por el Consejo de Ministros, salió a colación en la inauguración, ayer, del Campus Feminista de Avilés. La alcaldesa, Mariví Monteserín (PSOE), se posicionó al respecto: "Cuando te estás ‘descubriendo’ no debes tomar decisiones que puedan ser irreversibles en tu vida posterior. Yo tengo miedo de que [la autodeterminación de género] tan solo sea una moda, y las modas son efímeras. De ninguna manera aconsejaría introducirse en estas decisiones irrevocables antes de tiempo. Si mi cuerpo no se ajusta a lo que quiero ser, ya lo cambiaré, pero sin precipitaciones".

La "Ley Trans", que ha de pasar por el Parlamento para su aprobación, facilita el cambio de género mediante la libre autodeterminación para todos los mayores de 16 años, siendo necesario el consentimiento de los tutores legales entre esa edad y los 14 años. Además, aprueba ese cambio desde los 12 años mediante autorización judicial.

Las palabras de la alcaldesa de Avilés fueron suscritas por Ana de Miguel Álvarez, filósofa y profesora de Filosofía Moral y Política en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, la primera ponente en el Campus Feminista de Avilés con el tema "Teoría y perspectiva feminista. Una reflexión desde la filosofía". A lo largo de su exposición, la profesora realizó un análisis de las sociedades pasadas para ubicar a la mujer en el "hoy", además de proporcionar diversas referencias bibliográficas como "El Emilio" (1762), donde en un capítulo viene definida la –por entonces–, única función atribuida a la mujer: hacer más fácil la vida del hombre. Y como contrapunto se citó el libro "Ética para Celia", una creación propia de la ponente con la que la autora aspira a que los hombres "se atrevan a transgredir de verdad, que dejen de ponerse en el lugar de sus deseos y se pongan en el lugar de las demás".

El animado coloquio posterior dio la oportunidad de intervenir a las personas inscritas en el Campus. Coral Gómez, avilesina de 20 años, se hizo eco de las consecuencias negativas que puede acarrear la presión social sobre la sexualidad: "A los 12 años ya se nos sexualiza por la calle, normal que queramos ‘desaparecer’ dadas las ‘miradas sucias’. Llegamos a querer desprendernos de nuestro cuerpo equivocando donde ponemos el foco, que debería estar en averiguar si el problema está en nuestros cuerpos o en las cabezas de quienes los miran".

Por su parte, Belén Suárez Alonso, expuso que "para poner coto eficazmente al abuso sexual, hay que poner nombre a las cosas (genitales) y que los niños conozcan su cuerpo, sabiendo lo que tienen. No se puede permitir aceptar que somos solo cuerpos. Si los menores no son capaces de nombrar determinadas zonas, no serán capaces de hablar de ello en caso de ser tocados inapropiadamente".

Entre el público sobresalió la figura de Michael Tedders, el único varón en la ponencia feminista: "Me habían planteado la posibilidad de que no hubiera ningún hombre más. No obstante, tenía la esperanza de encontrarme con por lo menos dos o tres personas de mi mismo sexo." Frente a esta situación, Tedders dijo encontrarse sorprendido: "Me llama la atención y me resulta bastante llamativo. La verdad que estoy un poco decepcionado. Creo que el feminismo no es un tema de mujeres sino de gente que quiere a las mujeres".

Seguida de la ponencia de Ana de Miguel Álvarez, cerró la jornada de ayer Iván Rotella, sexólogo y coordinador del Centro de Atención Sexual de Avilés CASA. Habló sobre la erótica como forma de empoderamiento.

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