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Asia "a un lado" desde hace décadas

El poeta y profesor de español David Martínez, que se sintió atraído por el Lejano Oriente desde niño, encontró trabajo en Japón hace veinte años y ahora es funcionario en Singapur

David Martínez González se hace un selfi en la «infinity pool» de Singapur.

El pirata de José de Espronceda está en Estambul, en medio del mar de Mármara, "cantando alegre en la popa, / Asia a un lado, al otro Europa, / y allá a su frente Estambul". A David Martínez (Avilés, 1972) le pasó algo parecido, pero hace dos décadas. Recién licenciado en Filología Española buscaba trabajo y lo encontró al otro lado del mundo. Lo explica él mismo: "En España no había, no hay y nunca habrá un trabajo decente y bien pagado como profesor de Español a extranjeros. Cuando vi la oferta en Japón en 2002, no lo dudé ni un minuto". Y, desde entonces, tiene los ojos y el alma puestos al "otro lado". En Asia, donde ha fijado su residencia, "todos me conocen como David Robatti", anuncia.

Estudió en el Instituto de Salinas, se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo y cursó un máster de Enseñanza de Español en Lengua Extranjera en la Universidad Complutense de Madrid. "Desde niño me encanta el mundo de los libros y de la cultura: leer, escribir, la Historia, la Geografía, la Literatura, todas con mayúsculas. Es una vocación. Luego, gracias a la Filología y al Máster, encontré trabajo en Japón y aún sigo en Asia dedicándome a enseñar mi idioma", relata al otro lado del teléfono. No le costó apenas tomar la decisión de hacer las maletas y marchar al otro lado del mundo. Siendo niño, insiste, se sintió atraído hacia el mundo asiático, "especialmente Japón, pero también otros países de este continente salvo China", aclara.

Tampoco resultó extraño cuando en casa comunicó cual sería su opción para avanzar en su trayectoria profesional. "Ellos ya conocían mi atracción por el mundo asiático y no les extrañó. Como se dice ahora en esa nueva lengua –tan reducida, tan limitada y tan llena de aberraciones– que se habla en mi país actualmente, siempre he sentido que no ‘encajo’ allí", reconoce.

Eso sí, "siempre que los virus me lo permiten", bromea, vuelve a casa, al menos, una vez al año. En Singapur diseña lecciones y exámenes oficiales, coordina niveles académicos, se encarga de la sección de español de la biblioteca, establece también relaciones con entidades del mundo hispánico y da clases de español en el Centro de Idiomas del Ministerio de Educación (MOELC).Esto es ahora.

Su aventura en el otro lado del munco comenzó hace dos décadas.

Entre 2002 y 2008 fue profesor de español y de inglés en Japón: de español en NOVA (Osaka), extinta escuela de idiomas en línea, y de inglés en un instituto cerca de Kyoto. De 2009 a 2011 trabajó en la Universidad de Kuala Lumpur, Malasia, como lector de español. De 2011 a 2012 fue profesor de español en una escuela privada en Hong Kong. y en los dos años posteriores fue profesor de español en dos escuelas privadas en Singapur. Más tarde, y hasta 2017, ejercería como docente de español en Yuexiu University of Foreign Languages en Shaoxing, Zhejiang, China. Y de 2018 a 2019 fue profesor de inglés en Guangxi University of Foreign Languages, Nanning, Guangxi, China, para trasladarse después a un instituto público en Secovce, Eslovaquia.

Fue en el fátidico 2020, en el inicio de la pandemia, cuando comenzó su desempeño como profesor de español en el MOELC. "Soy funcionario del Ministerio de Educación singapurense. También trabajé algunos veranos en International House, en Mallorca y en Beijing, enseñando español", explica.

La experiencia todos estos años no ha podido ser más satisfactoria. Cuenta que tanto en lo profesional como en lo personal, estar casi dos décadas trabajando en diferentes países asiáticos han modelado su personalidad y ha enriquecido enormemente su bagaje académico. "Veo esta etapa como un tiempo para amasar experiencia, madurar más en lo personal y en lo profesional y reflexionar sobre el futuro cercano, que, más o menos, tengo planeado". Reconoce que "absoluta y tristemente" no podría realizar en España lo que ha podido vivir en Asia. "Jamás. Cada día veo más imposible la vuelta a España, un país en el que me siento más extranjero", resume. "En Singapur los profesores somos tratados con mucho respeto y admiración, y nuestro estatus socioeconómico es equiparable al de médicos y abogados. Un ejemplo curioso: ganamos más que los ingenieros y que los arquitectos". No pierde la oportunidad de abundar en la tranquilidad, seguridad y las muchas oportunidades profesionales que le ha brindado aquel país. "También es carísimo", advierte, "hay una competitividad enfermiza y, en la actualidad, es bastante aburrido".

Desde la distancia lamenta la "falta de interés por la cultura, por la educación; en las posibilidades profesionales y en el futuro" de la juventud española, cuyo futuro ve "negro como el carbón, honestamente". Y concluye diciendo: "Mi pasado reciente, mi presente y mi futuro están en Asia". Al otro lado.

David Martínez González (Avilés, 1972) se licenció en Filología Española en la Universidad de Oviedo, pero ahora trabaja como funcionario del Ministerio de Educación de la República de Singapur. Da clases de español y de inglés. Trabajó antes en Japón, China, Hong Kong y Eslovaquia. Además cuenta con un libro de poemas y otro en prensa.

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