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Diego Baeza González | Propietario y presidente del Real Avilés

"Aspiro a convertir el Suárez Puerta en un eje dinamizador de la vida social y comercial del centro de Avilés"

"Como gesto de buena fe el club ya ha pagado al Ayuntamiento 240.000 euros de la deuda por impago del canon; el resto espero negociarlo"

Diego Baeza. | María Fuentes

El empresario Diego Baeza González manifestó al adquirir la propiedad del Real Avilés en septiembre de 2020 que tenía la intención de dedicar "muchas horas" al club y 22 meses después cumple a rajatabla con su palabra, siendo uno de los que primero llega a la oficinas del estadio y estando pendiente a diario de la supervisión de los asuntos más diversos, ya sean del ámbito de la gestión administrativa o del plano deportivo.

También se propuso devolver a la institución el prestigio que quedó maltrecho durante la etapa de 23 años que protagonizó el anterior dueño, José María Tejero; consolidar un proyecto deportivo capaz de sacar al equipo de la atonía en la que se instaló las últimas temporadas; devolver la ilusión y el orgullo de "sentir" los colores blanquiazules a los aficionados y restablecer las relaciones institucionales con el Ayuntamiento y con el tejido empresarial de la comarca, en el primero de los casos acabando con la deuda histórica que lastra al club y en el segundo con la esperanza de hallar patrocinadores que impulsen al equipo.

De todo esto habla Diego Baeza en la siguiente entrevista, realizada con el protagonista sentado en el banquillo que habitualmente ocupan el entrenador y los jugadores del Real Avilés en sus partidos de casa.

–La concejal de Deportes de Avilés, Nuria Delmiro, manifestó hace pocos días en declaraciones a este diario que "la deuda del Avilés se resolverá más pronto que tarde". ¿Está de acuerdo con esa apreciación?

–Desde que aterricé en el Real Avilés quise solventar el tema de la deuda de forma prioritaria, como le consta al equipo de gobierno. O sea que no puedo estar más de acuerdo con esas palabras: ojalá la solución llegue pronto.

–¿En qué medida influyó la existencia de esa deuda en las negociaciones con José María Tejero para la venta del club?

–De ninguna manera porque el anterior dueño nunca aportó pruebas documentales sobre la cuantía de la misma y, es más, negaba su propia existencia o argumentaba que quedaba compensada con las subvenciones a las que tuvo derecho el Real Avilés a lo largo de los años y no le fueron abonadas.

–No obstante, ¿usted era consciente de que había una deuda con el Ayuntamiento de Avilés?

–Por supuesto, en mis cuentas siempre incluí ese asunto porque considero que es grave dado que bloquea el acceso a ingresos potenciales del club como la subvención federativa, entre otros posibles.

–¿Cuándo y cómo pudo cuantificar la cantidad adeudada?

–Al entablar contacto con el Ayuntamiento de Avilés se empezó a clarificar todo. La deuda, como es vox populi en la ciudad, se originó por el impago sistemático en los años de presidencia de Tejero del canon de uso del estadio Suárez Puerta y asciende a una cifra que oscila entre 550.000 y 580.000 euros; esa variabilidad tiene que ver con la existencia de intereses de demora y otros conceptos que gravan la deuda primaria; ésa, la original, es por valor de 240.000 euros.

–¿Y una vez qué supo cuánto se debía, qué hizo?

–Pues como gesto de buena voluntad se pagaron 240.000 euros, permítame el redondeo porque no se hizo un pago único... Para ello utilizamos fondos provenientes de unos embargos y de los pagos federativos de las temporadas 2020/2021 y 2021/2022.

–Observo que esa cantidad abonada se corresponde, euro arriba o abajo, con el importe de la deuda primaria. ¿Eso es causualidad?

–No, la parte de la deuda saldada ha pretendido ser ésa de forma intencionada; del resto aún tenemos que hablar.

–¿Qué receptividad encontró en el Ayuntamiento cuando dijo que quería resolver el tema de la deuda?

–Al poco de realizar la compra del club inicié los contactos porque, como he dicho antes, entiendo que el problema de la deuda es grave y acarrea consecuencias indeseables para el club. La reacción del gobierno podríamos definirla como el "ya veremos" tan propio de los políticos.

–¿El haber hecho un primer pago ha servido para que la relación con el Ayuntamiento fluya mejor?

–Todo va mejor cuando aparece el dinero.

–¿En qué punto se halla la negociación para desatascar el pago del resto de la deuda, la generada por recargos, intereses de demora, etcétera?

–El Ayuntamiento tiene en su poder varias fórmulas de pago diferido que le hemos hecho llegar y esperamos que, una vez analizadas, nos llame para hacernos saber su preferencia o si tiene otra idea mejor. Por mi parte creo haber dado muestras de que pongo toda la carne en el asador, que voy en serio con mi proyecto para el Avilés.

–¿Puede ser un poco más concreto en relación a cómo espera pagar la cantidad pendiente?

–Básicamente aspiramos a poder concretar una fórmula de aplazamiento, que se den facilidades al club para pagar, por ejemplo, en diez plazos anuales. Lo mollar del asunto es alcanzar un acuerdo que pueda plasmarse por escrito de manera que el Ayuntamiento cobre en los años venideros y el club quede habilitado para acceder a las subvenciones federativas, una puerta que ahora mismo está cerrada por la existencia de la deuda. En esto he insistido bastante en las reuniones que tuvimos: si dejamos pudrir el tema pueden ocurrir dos cosas, que el club se vaya a la basura o que la Federación derive el dinero directamente al Ayuntamiento limitando el margen económico de maniobra del club.

–Como consecuencia del impago del canon anual, el Real Avilés dejó de cobrar los últimos años la subvención municipal a la que tiene derecho, ¿aspiran a recuperar ese dinero?

–Lamentablemente ese dinero se esfumó porque se perdió el derecho al mismo, esas subvenciones han prescrito.

–En 2024 expira el convenio vigente en virtud del cual el Real Avilés usa el estadio municipal Suárez Puerta. ¿La renovación de ese convenio forma parte de la ecuación del pago de la deuda?

–No. Son cosas paralelas y no tienen por qué tocarse. Eso sí, lo de la deuda hay que arreglarlo porque si no el Ayuntamiento no podría renovar el convenio con una entidad que le debe dinero.

–¿Aspira a un nuevo convenio de 25 años, de más o de menos?

–Como mínimo de 25 años, es lo que se ajusta al proyecto deportivo que tenemos en mente y que pasa por alcanzar el objetivo de llegar al fútbol profesional en el plazo de una década.

–Muy largo lo fía...

–No me gustan las precipitaciones. Antes que grandes pasos que pueden ser inestables prefiero darlos pequeños yfirmes para consolidar los avances. Los proyectos futbolísticos regados solo a base de dinero pueden tener éxito... o no. Véase el caso del Deportivo de La Coruña, que lleva cinco años intentando volver a Segunda División y no lo logra.

–¿Qué clubes considera modelos adecuados para seguir?

–El Mirandés o el Lugo podrían ser buenos ejemplos de lo que queremos para el Avilés.

–Volviendo al tema del convenio de uso del Suárez Puerta, ¿tiene en mente ampliar los usos del estadio más allá del meramente deportivo?

–Hay una cuestión que debemos contemplar cuando nos pongamos a hablar del futuro convenio: el cierre de los fondos. Esto es imperativo porque para competir en Primera RFEF es preceptivo tener un estadio cerrado en su totalidad. Esa obra la abordaría el club, no me hago ilusiones que sea de otro modo. Y claro, debería ser una variable a tener en cuenta en las negociaciones. Por otra parte, los bajos de la calle José Cueto son ahora inhábiles para el Real Avilés y nuestra aspiración es poder darles uso. O sea, que si vamos a firmar un convenio de uso del estadio lo mínimo que esperamos es poder disponer del mismo en su totalidad.

–¿Cuál es en concreto su idea para el futuro Suárez Puerta?

–Que se convierta en un eje dinamizador de la vida social y comercial del centro de Avilés, que no sea un lugar al que acudir cada dos semanas a ver un partido de fútbol. Para lograrlo habrá que desarrollar un tejido comercial y hostelero. En cierto modo se trata de recuperar aquel espíritu frustrado de cuando El Corte Inglés proyectó un centro comercial en ese espacio.

–En líneas generales, ¿cuál es su balance de estos primeros 22 meses como propietario del Real Avilés?

–Estoy relativamente contento de lo que se ha hecho: cuando llegué solo había siete jugadores en plantilla, la imagen del equipo estaba por los suelos y la estructura del club era una erial. Creo que nos hemos ganado el derecho a ser reconocidos como el tercer equipo de Asturias, en medios federativos nos ponen la vitola de principales favoritos asturianos al ascenso a Primer RFEF y la afición vuelve a llenar las gradas. Queda mucho trabajo, pero creo que vamos por buen camino.

–¿Cómo marcha la campaña de abonados para la próxima temporada?

–Muy bien: en la primera semana ya conseguimos un tercio de todos los abonados de la campaña pasada.

–¿Se puede decir lo mismo de la captación de patrocinadores?

–Pues no, en ese capítulo seguimos encontrando muchas puertas cerradas; parece que la dañina influencia del periodo de José María Tejero aún se hace notar. Buscamos a un patrocinador principal y echamos en falta el apoyo de las grandes empresas de la comarca, pero seguiremos insistiendo, explicando nuestro proyecto y animando a todo el mundo a sumarse al mismo.

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