La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Madrugada trágica en el barrio de La Magdalena

La avilesina asfixiada en el incendio de su casa llegó a pedir socorro, pero la virulencia del fuego impidió llegar hasta ella

Las primeras hipótesis apuntan a que un cigarro pudo ser el desencadenante de las llamas y el entorno de la fallecida llora su pérdida: "Tenía ganas de vivir"

Vecinos y agentes de la Policía Local, ayer por la mañana, ante el número 2 de la calle Vetusta. A. P. G.

Un fatal incendio acabó la madrugada de este viernes con la vida de Martina Mesa Amor, vecina del primero izquierda del número 2 de la calle Vetusta (en el Tocote del vecindario avilesino de La Magdalena), pocos días después de su 66 cumpleaños. La víctima, que residía sola y tenía problemas de movilidad (caminaba con una muleta), llegó a pedir auxilio por la ventana de su habitación, foco del incendio declarado entre las dos y las tres de la madrugada. Nada se pudo hacer por salvar su vida. Una vez extinguidas las llamas, localizaron su cuerpo en el dormitorio, calcinado y tendido en el suelo, entre su cama y la ventana, siempre según fuentes próximas a la investigación. Ayer mismo se le practicó la autopsia en el Instituto de Medicina Legal, donde se constató que la causa de la muerte fue la inhalación de humos. "No se merecía una muerte así", lloraban ayer sus muchos amigos.

El fuego calcinó por completo el dormitorio de la mujer, usuaria del servicio de ayuda a domicilio municipal y de la Fraternidad de Francisco. El resto del inmueble resultó afectado por el humo. Los vecinos, unos 15, fueron desalojados del edificio, de cuatro alturas, y pasaron la noche realojados por sus medios. Se llegó a temer una tragedia mayor. Y es que los equipos de emergencia temieron también por la vida de los vecinos del piso superior, pero no estaban en la vivienda. De los ocho pisos del inmueble, solo cuatro estaban ocupados. "El resto están fuera, la mayoría de vacaciones", comentaban ayer en el vecindario.

Interior de la vivienda donde se produjo el incendio.

"Estaba durmiendo y sobre las tres sentí voces arriba, como un golpe y pedir auxilio. Cogí el móvil pero al momento ya había follón por la escalera. Era la policía llamando a las puertas para sacarnos del edificio. Lo más triste es que tuvo una muerte terrible", lamenta Ángeles López, que está pasando estos días con su madre, octogenaria y vecina del piso inferior al siniestrado.

El Centro de Coordinación de Emergencias del 112 Asturias recibió el aviso a las 2.42 horas. En la llamada indicaban que estaba saliendo humo y fuego de una vivienda ubicada en la primera planta de un edificio de cuatro alturas y creían que podía haber personas en su interior. Según fuentes próximas a la investigación, un testigo llegó a ver a M. A. M. en la ventana clamando auxilio.

Una mujer limpia una ventana del piso inferior al quemado.

Según la información facilitada por el Servicio de Emergencias, en un primer momento llegaron al lugar dos patrullas de la Policía Local y se movilizó una dotación de Bomberos de Avilés y otra de Pravia. También acudió la Nacional. La primera persona que intentó acceder a la vivienda fue un vecino (Pedro Tineo), que trató de tirar abajo la puerta de la vivienda de la que salía el humo. Una gran llamarada le impidió acceder al interior.

También la Policía Local intentó acceder a la vivienda afectada mientras los bomberos se dirigían al número 2 de la calle Vetusta. Aunque entraron en el piso no pudieron llegar al fondo, donde se encuentra el dormitorio. Las llamas evolucionaban por la fachada del inmueble y todo el portal estaba lleno de humo. Los Bomberos comunicaron a las 3.12 horas que el incendio estaba extinguido y había una persona fallecida. Se encontraron un cuerpo completamente calcinado. A lo largo de la mañana de ayer fueron volviendo al edificio sus residentes, impactados por el trágico desenlace. A mediodía, se produjo un nuevo desalojo. Y es que la localización de unas grietas hizo saltar las alarmas ante el temor de que el inmueble tuviera daños estructurales. Una técnica municipal certificó que no había riesgo al tratarse de daños previos y dio luz verde a la ocupación del edificio, pero advirtió de la conveniencia de no ocupar las estancias que se encuentran en el piso inferior y superior de la habitación en la que se registró el incendio, como medida de precaución. Sufrieron también daños por el calor y el humo.

Estado en que quedó la vivienda.

"Es terrorífico", coincidían amigos de la víctima tras conocer la noticia. Desde primera hora de la mañana se fueron acercaron al número 2 de la calle Vetusta amigos y conocidos de la fallecida, paciente del servicio de Salud Mental. "No me lo puedo creer, tenía sus achuchones de vez en cuando pero últimamente estaba muy bien, ilusionada, tenía ganas de vivir", lamentaba visiblemente afectada Nieves de la Fuente. Trabajadora del servicio de ayuda a domicilio, asistía a M. A. M. tres días a la semana.

Destrozados también están los voluntarios de la Fraternidad de Francisco, que le suministraban comida a diario. "He perdido a mucha gente querida en estos días, pero no de esta manera, ¡qué dolor!", lloraba una de ellas.

La puerta de la casa incendiada.

El dolor se respiraba también en el Bar Navelgas, al que M. A. M. acudía prácticamente a diario y en el que hace tan solo unos días celebró su 66º cumpleaños. "Esa muerte no se la merece nadie, ni un perro, y menos ella. Era un encanto. Estaba sola y mira si la quería la gente que le organizaron aquí su cumpleaños. La pobre no se merecía esto. Venía mucho, se sentaba aquí, se ponía el móvil con música y se tomaba su 0,0 tostada", apunta la hostelera Gloria García.

La Policía Nacional investiga las causas del fatal incendio. En el vecindario sospechan que un cigarro (la víctima era fumadora y quienes la atendían ya le habían reprendido en varias ocasiones por fumar en la cama) pudo haber sido el desencadenante de la tragedia, una hipótesis que también manejan las primeras indagaciones. Será la Policía Científica, de la Nacional, la que cierre el caso.

"Anoche, a las once, le escribí un whatsapp para desearle buenos sueños. ¡Madre mía de mi vida, murió Martina!", la lloraba otra amiga.

Compartir el artículo

stats