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El Principado ha invertido 4,22 millones en la depuradora en los últimos ocho años

El coste previsto del sistema de saneamiento y depuración de la ría para este 2022 asciende a 3,9 millones por el aumento de la factura de la luz

La depuradora de Maqua. MARA VILLAMUZA

El coste previsto del sistema de saneamiento y depuración de la ría de Avilés para este 2022 roza los cuatro millones de euros (3,96) –cifra que no incluye el colector de industriales– y las inversiones y reparaciones en dicho sistema que tiene como nudo gordiano la depuradora de Maqua –propiedad del Estado y pendiente de una inversión próxima a los 40 millones, casi el doble de lo que costó construirla– supera los 4,22 millones en ocho años, de los que 2,78 corresponden al último lustro. El millón que costará cambiar cinco de sus seis bombas, actuación que ha acabado con la paciencia de los gobiernos local y autonómico, es una partida más en un listado de reparaciones que se traduce en una media anual superior al medio millón.

La factura de la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) comarcal no deja de crecer. De los 3,9 millones de costes previstos del sistema de saneamiento y depuración de la ría de Avilés para este 2022, 1,81 millones corresponde a personal y mantenimiento, 583.261 euros a la gestión de residuos, y 1,56 millones a la factura de la luz. Y es que el incremento de los costes energéticos también ha disparado el recibo eléctrico de la instalación, que venía suponiendo ya un millón al año antes de la crisis energética y de precios. En 2021, los costes del sistema habían ascendido ya a 3,54 millones.

Los parches para que la depuradora comarcal que gestiona el Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) siga funcionando son constantes y cuantiosos, como viene informando este periódico en los últimos años: casi 800.000 euros entre 2014 y 2015, cuando entre otras actuaciones hubo que reforzar la estructura de la cúpula del complejo, 647.854 euros en 2016 y 2,78 millones en el lustro 2017-2021.

El recibo no para de aumentar, si bien fuentes conocedoras de los sistemas de saneamiento sostienen que actuaciones de este tipo son habituales en todas las depuradoras, no solo en la de la comarca de Avilés, pese a la reconstrucción que tiene pendiente desde hace años. La EDAR incumple la normativa comunitaria por no tratar convenientemente las aguas residuales (con los niveles exigidos) desde que comenzó a funcionar y sufre un problema endémico desde su construcción por las filtraciones de mar y una atmósfera industrial agresiva.

De la evolución de las reparaciones por años acometidas por el Principado se desprende que el de mayor inversión fue 2017 (1,1 millones). En ese ejercicio se ejecutaron en Maqua, entre otras, las obras de modificación de los decantadores, la instalación de un sistema de medición en continuo de gas sulfhídrico (componente muy corrosivo que genera además olores pestilentes y posibles riesgos para los trabajadores), la sustitución de pedestales y la eliminación de tubos guía del pozo de agua bruta. También se redactó entonces un proyecto para la reparación de las estructuras de hormigón del complejo (la corrosión se come hasta el hormigón, como informó en su día este periódico). Ese año también se acometió la mejora en el acceso al túnel bajo la ría de Avilés (151.635 euros) y una limpieza extraordinaria del colector interceptor del Tuluergo (129.365 euros).

También fue 2020, el del estallido de la pandemia, un ejercicio de fuerte inversión: 670.871 euros. La mitad de esta suma (343.136) se destinó a las obras de restauración de la funcionalidad de recirculación de la depuradora y 152.120 a la mejora de los aliviaderos del colector del río Magdalena, trabajos estos últimos que continuaron en 2021 (36.601 euros). El año pasado también se acometieron obras de emergencia para reparar la instalación eléctrica de la estación de bombeo La Llantada (129.964 euros) y se reformó el pozo tres del sistema de saneamiento (47.106 euros).

La EDAR de Maqua ocupa una superficie de 118.000 metros cuadrados y recibe las aguas residuales de los concejos de Avilés, Castrillón, Corvera y Gozón. Las aguas tratadas se vierten al Cantábrico a través del emisario submarino de Xagó.

La actuación que sigue pendiente –la licitación se suspendió hace un año por un problema administrativo sobre la titularidad de los terrenos en los que está construida la depuradora– abarca la mejora y ampliación de las instalaciones así como el desarrollo de actuaciones adicionales para el tratamiento de su agua residual de muy alto contenido salino. El plazo de ejecución previsto de ese proyecto millonario es de dos años y medio (treinta meses). Pero la licitación aún sigue pendiente.

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