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Uno de los siete "padres" de la Constitución avala su vigencia en La Granda: "Hoy por hoy, funciona"

Miguel Herrero de Miñón tilda de "estupidez" querer cambiar la Carta Magna sin decir para qué y subraya el valor de la norma jurídica suprema como "herramienta de construcción nacional"

Miguel Herrero de Miñón, a la derecha, acompañado del rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, y los regidores de Avilés y Gozón, Mariví Monteserín y Jorge Suárez, respectivamente. Mara Villamuza

Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, el único de los siete "padres" vivos de la Constitución Española de 1978 junto a Miquel Roca, abrió ayer la 44ª edición de los cursos de verano de La Granda con una conferencia que versó sobre el valor de la norma jurídica suprema. El que fue ponente de la Carta Magna expresó su inequívoca opinión al respecto de la "plena vigencia" de la misma y recalcó en alusión a las periódicas peticiones de revisionismo constitucional que, en su opinión, "es mejor dejarla como está hasta que haya una idea buena, que yo no veo". Es más, en declaraciones a los medios de comunicación declaró que le parece "una gran estupidez" cambiarla, "porque los que quieren hacer esos cambios nunca dicen para qué ni argumentan cómo y en qué sentido".

El nuevo equipo organizador de La Granda, el que encabeza el jurista y catedrático de Ciencia Política de la Universidad CEU San Pablo, Benigno Pendás, quiso que fuese uno de los ponentes de la Constitución de 1978 el primer conferenciante de una edición de la escuela estival llamada a revitalizar el foro de intelectuales que cada verano convierte a Asturias en un referente de intelectualidad. No en vano La Granda y la Constitución comparten año de nacimiento: 1978. Y como norma básica del ordenamiento jurídico español, vertebradora del resto de leyes, la Constitución es una referencia obligada de la organización de unos cursos en los que se abordan, entre otros, temas políticos, económicos, sociales, sanitarios, religiosos y culturales.

De ese carácter de herramienta básica para "construir una nación" habló Herrero de Miñón al referirse durante su conferencia al valor de la Constitución: "El día que dejemos de creer en los diferentes valores que encierra la Constitución, la nación desaparecerá como tal porque la gran aspiración del texto constitucional es unir a una sociedad que se identifica con su contenido, ayudar a construir una nación y desarrollar un sentido identitario de pertenencia a la misma".

Las constituciones no son viejas ni nuevas si funcionan, y la nuestra funciona

Miguel Herrero de Miñón - Jurista

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En opinión de uno de sus redactores y en la actualidad integrante del Consejo de Estado y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, la Carta Magna española "no está ni vieja ni nueva, es la Constitución; las constituciones no son viejas ni nuevas si funcionan, y la nuestra funciona", declaró Herrero de Miñón para, a renglón seguido, remarcar que "hoy por hoy" no habría por qué cambiar el texto original.

Preguntado por los periodistas sobre los artículos que atañen a la monarquía y su posible revisión, el jurista respondió que "quienes los ponen en duda jamás ganan unas elecciones; cuando las ganen, que expresen sus dudas". En lo referente al sistema de organización de las autonomías, tampoco ve necesaria una reforma: Esas cosas dependen del sentido común de quienes aplican la Constitución y es muy difícil poner un artículo diciendo que es obligatorio tener sentido común, porque los que carecen de él no harían caso". En opinión del ayer ponente inaugural de La Granda, "la reforma puntual de las leyes es suficiente" como alternativa a una hipotética reforma constitucional.

Miguel Herrero de Miñón MARA VILLAMUZA

En el transcurso de su ponencia en La Granda Herrero de Miñón abordó en profundidad las cuatro dicotomías que más tensiones generaron a los padres constitucionalistas y que, en gran medida, son los que aún hoy siguen coleando: monarquía y república; confesionalidad del Estado y laicismo; centralismo y autonomías; y protección de derechos sociales y fundamentales.

El que fue ponente constitucional defiende la vigencia, 44 años después, de las soluciones en su día planteadas: la monarquía parlamentaria como sistema de gobierno ("el Rey reina, pero no gobierna; y el Gobierno está sujeto al control parlamentario"); la declaración de España como un Estado donde "se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto" (artículo 16 de la Constitución); y el diferente grado de protección jurídica arbitrada para los derechos fundamentales (artículos 9 a 30) y los "sociales" (artículos 39 a 52, entre otros). Respecto a la "cuestión autonómica", Herrero de Miñón admitió que se trata de una "tensión latente" y atribuyó el origen de la misma a "la mutación constitucional que impuso la pretendida homogeneización autonómica sin atender a la heterogeneidad territorial y las diferentes realidades sociales".

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