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El gasto empresarial en innovación cayó un 11,9% el año de inicio de la pandemia

Luis Fernando Álvarez-Gascón ve brotes verdes, pero defiende que "la I+D no es el camino para todo": "Hace falta un cambio cultural"

El catedrático José Molero, director del curso de La Granda sobre innovación y competitividad, y Luis Fernando Álvarez-Gascón, en el Marítimo. | A. P. G.

"En innovación no hemos avanzando lo suficiente, ni suficientemente rápido. Hace falta un cambio cultural de las empresas", defendió ayer el presidente del Foro de Empresas Innovadoras, Luis Fernando Álvarez-Gascón, en el Museo Marítimo de Asturias, en Luanco, sede de la segunda sesión del curso de La Granda "Innovación y Competitividad de la Empresa Española". Según expuso, el porcentaje de innovación en las empresas "es muy poco", del 22,6%. Ese porcentaje baja al 12,6% en el caso de la innovación de producto y se sitúa en el 19,9% en la de los procesos de negocio.

El experto expuso que la I+D genera un tipo de conocimiento que se aplica, o no, en innovación e incidió en que hay dificultades para medirla. Echó mano de un estudio de Juan Mulet de 2019 para poner cifras: la estimación del gasto total en actividades innovadoras fue de 19.390 millones de euros, el 1,56% del Producto Interior Bruto (PIB). Pero la evolución no es halagüeña: el gasto en actividades innovadoras descendió un 11,9% en 2020 –año del estallido de la pandemia– y se situó en 17.074 millones de euros en España.

Álvarez-Gascón puso el foco en que más del 90% de toda la inversión en I+D en el mundo se concentra en solo 2.500 empresas. Lideran el ranking Alphabet, Huawei, Microsoft, Samsung, Apple, Facebook, Volkswagen, Roche, Intel, Johnson & Johnson, Novartis y Toyota. En el caso de España, encabezan el listado Banco Santander, Telefónica, Amadeus, Grifols, Iberdrola, Indra Sistemas, Acciona, Repsol, Almirall, Gestamp, ACS, Ferrovial, Pharma Mar y Red Eléctrica.

"Existen barreras a la innovación", señaló el experto. Se refirió, entre otras, a barreras de coste o financieras, de conocimiento (formación de empleados, desconocimiento de tecnologías y mercados, acceso a socios), de mercado (por la incertidumbre de la demanda y la dificultad de acceso debido a las empresas establecidas) y de regulación o legislación. "Hay que entender la posición de la empresa, y la innovación es una entre mil cosas. Es fundamental que la innovación se incorpore a la competitividad de las empresas a un alto nivel", aseveró. Y aunque reconoció que "aún queda mucho camino" por recorrer, "se van dando pasos" y "se ven brotes verdes". "La empresa tiene que ser una fábrica de innovación, hay estrategias, metodologías y herramientas. En España se crean muchas empresas, pero con bajo nivel tecnológico. Hay que atraer más empresas a la innovación, pero sería un error que fuera hacia la I+D. No creo que sea el camino para todo. No he visto un laboratorio en ningún hotel del mundo. No toda la innovación se basa en I+D", opinó.

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