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Alazne Aurrekoetxea Surfista

"Miles de lugares son paradisíacos"

"El mar es algo impredecible y cambiante; hay que disfrutar de él pero también conocerlo y entender cómo funciona, al fin y al cabo, el surf no deja de ser un deporte de riesgo"

Alazne Aurrekoetxea. | A. A.

La vizcaína de Sopelana Alazne Aurrekoetxea, de 25 años, es medalla de oro en los Juegos Olímpicos Náuticos Atlánticos de 2017, quinta del circuito mundial de Nueva York 2019, subcampeona del mundo por equipos con la selección española de paddle surf 2019 y subcampeona de Europa de paddle surf de 2020. Tras dos años de parón por pandemia, está de vuelta por tierras asturianas para participar en el "Ewan Festival" de Salinas.

–¿Cómo fue la pandemia?

–Psicológicamente fue muy dura. Ese año entrenábamos sin saber qué iba a pasar. Teníamos un mundial pendiente y muchas pruebas importantes que se fueron suspendiendo una tras otra, fue muy frustrante.

–¿Próximas competiciones?

–Tras dos años sin competir, voy la semana siguiente al "Ewan", al campeonato Europeo con la Selección Española, donde espero hacer medalla y creo que España puede hacer un papel muy bueno. Tenemos muchas ganas de darlo todo y mi objetivo es quedar entre las cuatro mejores de Europa.

–¿A qué países y ciudades ha viajado a gracias a la competición?

–Nueva York, China, Barbados, Costa Rica, El Salvador… Este deporte me ha ayudado a conocer mundo y gracias a la competición he descubierto lugares paradisíacos, que de no ser así nunca hubiera conocido.

–¿Cuál es su rutina?

–Entreno todos los días de la semana menos uno. Seis días hago entrenamiento de agua y cuatro de ellos, entrenamiento físico. En invierno es más duro por el viento y el oleaje.

–¿Lo complementa con la alimentación?

–Sí. Hago una dieta equilibrada, consumo productos de temporada y kilómetro 0. También trato de evitar los azúcares desde que me dedico a ello profesionalmente.

–¿Cómo se inició en el surf?

–Vivo en un pueblito de País Vasco, donde hay mucha afición por este deporte, así que mi padre me fue adentrando poco a poco en el mundo de las olas. A los nueve años di mi primera clase, me enganché y a los trece, comencé a competir.

–¿Y con en el paddle surf?

–A los diecisiete años descubrí que también se podían coger olas y no solo remar, así que me animé a competir en esa modalidad y me llevé la medalla de oro. Ver que se me daba tan bien hizo que a los veinte años entrase al circuito mundial de paddle surf. En ese momento comencé a priorizar el paddle surf.

–¿Qué le llevó a tomar esa decisión?

–La novedad y lo completo que es. En Hawai o Australia ya estaba muy desarrollado pero aquí en España era nuevo y era todo un reto para mí, así que estaba muy motivada. Además surfear con la ayuda del remo es un plus y, físicamente, es más demandante. Además, cuando no hay olas puedes pasear con tu tabla y el remo a conocer diferentes calas y playas.

–¿Qué lección le ha ensañado este deporte?

–Es un deporte tan ligado a la naturaleza que me ha ayudado a concienciarme con el medio ambiente y a participar en diferentes campañas activistas para su cuidado y conservación. Además, me ha infundido un profundo respeto por el mar.

–¿Podría explicar ese respeto del que habla?

–El surf parece muy fácil, pero no lo es. El mar es algo impredecible y cambiante. Hay que disfrutar de él pero también hay que conocerlo y entender cómo funciona, sus corrientes, sus rocas y tener nociones de socorrismo para surfistas. Al fin y al cabo, no deja de ser un deporte de riesgo.

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