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Lola Herrera Actriz, estrena mañana en Avilés «Adictos»

"El teatro me interesa para poder explicar cómo veo el mundo a estas alturas de mi vida"

"Descubrí que me quería quedar sobre las tablas cuando salí al escenario la primera vez, que fue una serie de casualidades larguísima de contar"

Adictos (ESTRENO ABSOLUTO)

La actriz Lola Herrera (Valladolid, 1935) es la protagonista de "Adictos", un drama que escribieron al alimón Juanma Gómez y Daniel Dicenta Herrera y cuyo estreno en España acoge mañana viernes (21.00 horas) el teatro Palacio Valdés, en Avilés. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA al término de la rueda de prensa de presentacoión del espectáculo que repetirá función el sábado a la misma hora.

–¿Qué fue lo que le hizo ser actriz?

–No me lo propuse desde siempre. Descubrí que me quería quedar sobre las tablas cuando salí al escenario la primera vez. Que fue por una serie de casualidades larguísima de contar y que he contado muchas veces a lo largo de mi vida. Descubrí el teatro arriba, en el escenario. Descubrí que no me quería marchar de allí porque en el escenario te pasan cosas que no te pasan en ninguna parte.

–O sea, que le divierte.

–Hombre claro. Te divierte, te conmueve, te lleva, te trae, te hace viajar mentalmente a algunos sitios insospechados. O sea, es un trabajo interno con una dimensión que ignoras hasta que pones a ello. Cuando yo me quedé en el teatro fue en el año 57 del siglo pasado (risas)...

–Aún no había nacido yo.

–(Risas) Resulta que trabajaba en la radio. Estaba en Radio Madrid. Tenía una propuesta muy buena por parte de Antonio Calderón, que era el director del cuadro de actores y hacía una radio increíble. Él era muy colega de Orson Welles.

–Vaya.

–Imagínese. Hacía una radio potente. Me había ofrecido un proyecto maravilloso. Resulta que Maribel Alonso, una actriz del cuadro de actores, se había casado y su voz ya no la tenían. Ya sabe que las mujeres cuando se casaban dejaban de trabajar porque los maridos lo imponían. A ver si no van a ser capaces ellos de mantener a sus mujeres (Risas). El color de mi voz era el de Maribel Alonso. Era un asunto muy importante para mí, pero yo me subí al escenario y lo dejé todo.

–Después de más de medio siglo sobre la escena...

–... Más, mucho más.

–Después de sesenta y cinco años como actriz, ¿se le ha quedado algo pegado de sus personajes?

–No. Yo no soy consciente de ello, vamos. Los personajes reciben una especie de ingratitud por parte de los actores. Fíjese, vives y revives, sueñas y viajas con un personaje determinado, pero luego te deshaces de ellos como si cualquier cosa. Es necesario porque la mente hay que dejarla vacía: el disco duro no da para todo. Si tuviera en mi cabeza todos mis personajes, explotaría.

–Decía antes que lo peor de ser actor es ponerse a estudiar.

–Es lo más duro. Es lo más duro de principio: aprender el texto. Los ensayos luego son muy interesantes. Y a veces muy gratificantes. Y a veces muy frustrantes.

–¿Y cómo han sido los de "Adictos"?

–Con Magüi Mira son maravillosos. Es la tercera función que hacemos juntas: me entiendo con ella a las mil maravillas. Digo "frustrante" de cara a una misma porque piensas que hoy has conseguido una serie de cosas en el ensayo, pero mañana no los encuentras. La de los ensayos es una etapa muy compleja, pero muy interesante porque es cuando realmente construyes el personaje.

–Por curiosidad, ¿cómo estudia sus personajes?

–Yo transcribo a mano mis frases y luego las subrayo... Creo que hago todo. Estudio a codos, me marco todo el guión, luego subrayo las palabras que se me resisten y, ahora, también lo grabo.

–¿Ah, sí?

–En el móvil. Si vas en el autobús y se te ocurre echar un vistazo, pues lo puedes hacer.

–Me imagino que mola más viajar en una compañía que sola, como cuando "Cinco horas con Mario".

–No sabe lo que agradezco poder compartir el escenario. Y con dos mujeres como estas compañeras que tengo: Ana Labordeta y Lola Baldrich son dos actrices maravillosas. Y con Magüi Mira, claro. Todo mujeres.

–Fue la primera en leer "Adictos" y la primera en empujar para que se montase. ¿Qué fue lo que la convenció?

–Que hablaba de la sociedad en la que vivimos. El teatro es una plataforma que me interesa para poder contar cómo veo el mundo a estas alturas de mi vida. Me interesa muchísimo lo que está pasando en el mundo. Como ciudadana. Me importa mucho la actitud adormecida de la sociedad. Uno tiene que ser sincero consigo mismo y saber a dónde va y esta actitud se está perdiendo. Nos estamos adormeciendo por bombardeos continuos de cosas. Nací un año antes de la Guerra y he vivido la Posguerra. La gente hemos estado con muchas cosas que no eran imprescindibles.

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