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Llenazo en Las Meanas y no tocaba Woody Allen

Las 15.000 personas que según Festejos asistieron a la primera gran verbena de las fiestas patronales establecen un récord de afluencia comparable a la inauguración del Niemeyer

Aspecto de la parte delantera de La Exposición durante la verbena amenizada por "París de Noia", en el escenario. | F. L. J.

Las 15.000 personas que, según la estimación de Festejos, vieron el primer pase de la orquesta "París de Noia" en la verbena que empezó la noche del viernes y acabó el sábado de madrugada superan en mil el cálculo más optimista que se hizo de la afluencia que tuvo el concierto de clarinete que dio Woody Allen la noche del 25 de marzo de 2011 con motivo de la inauguración del Centro Niemeyer. En comparación con pasados conciertos de San Agustín o con las verbenas que otros años se hacían en El Parche, el dato de ayer sobresale de forma muy destacada y pasa a formar parte de los hitos festivos de la ciudad.

En este caso, además, multitud no ha sido sinónimo de inseguridad. La Policía Local reseñó que la fiesta discurrió sin incidentes destacados. Y eso que el público tenía perfiles muy heterogéneos: familias con niños, personas mayores, pandillas de jóvenes, grupos de amigos y también "botelloneros", que de todo se vio en el recinto. No obstante, cada cual estuvo a lo suyo: unos mirando el show, otros cantando y bailando; y los menos, dados al alcohol. La armonía fue la nota dominante.

La concejala de Festejos comentó que la fijación de la 3 de la madrugada como hora tope para que cesara la música perseguía un doble objetivo: conciliar con el derecho al descanso nocturno de los vecinos de la zona –a los que sigue escociendo la sucesión de eventos organizados en La Exposición– y dejar margen horario para que los más trasnochadores pudieran hacer el fin de fiesta en las zonas de copas de Avilés.

Dolores Álvarez, con los componentes de «París de Noia». | F. L. J.

El "alma de la fiesta" se llama Dolores y tiene 79 años

Estaba acabando el primer pase de "París de Noia" en la verbena de La Exposición cuando el cantante Óliver Pérez pidió al público que corease el nombre Dolores. Respuesta inmediata: "¡Dolooores!, ¡Dolooores!" Y Dolores hizo acto de presencia en escena: una entrañable abuela de 79 años que se ayuda de una muleta para caminar. Nadie entendía nada hasta que Óliver Pérez se explicó: "Hemos visto a esta mujer bailando animadamente y disfrutando como la que más en primera fila y hemos querido conocerla y agasajarla porque personas como ella son el alma de las fiestas y demuestran que pasarlo bien no es una cuestión de edad, sino de actitud". Y Dolores se llevó el aplauso de la noche, además de la admiración general. La triunfadora de la noche resultó ser Dolores Álvarez Muñoz, vecina de Luanco y, según declaró a este diario, "seguidora incondicional de ‘París de Noia’ y amante de las verbenas desde niña".

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