La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Hospital San Agustín doblará en un año su capacidad para hacer resonancias magnéticas con una nueva máquina

El Gobierno asturiano aprueba el gasto de 1,1 millones para dotar al área sanitaria de una máquina vital en el diagnóstico de graves enfermedades

La actual máquina de resonancia magnética del Hospital San Agustín, vista desde la sala donde está el puesto de control. | Mara Villamuza

La creciente lista de espera para hacerse una resonancia magnética en el Hospital Universitario San Agustín de Avilés –más de 2.000 pacientes– podría empezar a decrecer a mediados del año que viene gracias a la próxima compra y puesta en funcionamiento de una nueva máquina para realizar esa exploración diagnóstica. El Consejo de Gobierno del Principado aprobó ayer el gasto de 1.109.768 euros para la adquisición de ese dispositivo, que se sumará al ya existente en el centro. Esta mejora de instrumental se enmarca en el Plan de Inversión en Alta Tecnología (Inveat) con el que se refuerza la calidad y capacidad de la red sanitaria pública asturiana. La máquina beneficiará a una población de casi 150.000 habitantes, que son los que viven en el área sanitaria con cabecera en Avilés: Castrillón, Corvera, Cudillero, Gozón, Illas, Muros del Nalón, Pravia y Soto del Barco.

Las pruebas de diagnóstico por imagen cada vez son más solicitadas por los médicos especialistas. Esa alta demanda se traduce en cifras: en febrero del año 2019, el número de pacientes totales en lista de espera para una resonancia magnética en el Hospital Universitario San Agustín era de 227 y la demora media estaba en 19,15 días. En febrero de este año había en lista de espera 2.357 enfermos; es decir, los pacientes que aguardan por este prueba de imagen se han multiplicado por diez, y la espera media está en 126 días, aunque hay pacientes que llevan ya varios meses esperando turno.

El gerente del área sanitaria, Ricardo de Dios, se congratuló ayer del anuncio de la compra de la máquina y aseguró que tiene en mente iniciar de inmediato los trámites para hacer las obras precisas para acomodarlo en la unidad de Radiología: "Hay que hacer una reforma, pero eso es un tema menor comparado con los beneficios que esperamos obtener de la puesta en servicio del equipo: más capacidad de realización de pruebas, más variedad de las mismas y, probablemente, menor tiempo de espera de los pacientes". Según las cuentas del gerente, la máquina podría estar operativa "a mediados de 2023".

La actual máquina de resonancia magnética del Hospital San Agustín trabaja de forma intensiva, hace unas 6.000 exploraciones cada año. Recientemente se ha programado para que efectúe resonancias nucleares multiparamétricas de próstata, un tipo de exploración que agradecen especialmente los urólogos y que antes obligaba a derivar al paciente a otros hospitales asturianos. "Con la nueva máquina reduciremos el número de derivaciones porque vendrá actualizada al máximo nivel; es decir, su menú de utilidades será más amplio", reseña el gerente. Los servicios de especialidades que más resonancias magnéticas demandan son Traumatología y Neurología, si bien no hay prácticamente área médica que no recurra en algún momento dado a este tipo de exploraciones de alto detalle. El equipo de resonancia magnética ahora en servicio en el San Agustín data de 2018.

Una técnica indolora, mínimamente invasiva e «insustituible» en la detección de enfermedadesFirma

Los estudios con imágenes por resonancia magnética (IRM) se basan en el uso de un gran imán y ondas de radio para observar órganos y estructuras que se encuentran al interior del cuerpo. Los profesionales de la salud utilizan estas imágenes para diagnosticar una gran variedad de afecciones, desde rupturas de ligamentos hasta tumores. Las imágenes por resonancia magnética son muy útiles, también, para examinar el cerebro y la médula espinal. Durante el escaneo, el paciente se acuesta en una mesa que se desliza dentro de un aparato con forma de túnel. El paciente debe permanecer inmóvil –lo que genera eventualmente cuadros de aprensión y claustrofobia– y la exploración no causa dolor. El uso de la resonancia magnética es una técnica insustituible, a juicio de los profesionales de la medicina, ya que permite obtener imágenes del interior del cuerpo y caracterizar lesiones de todo tipo desde anomalías congénitas, tumores o patologías neurodegenerativas, hasta procesos epilépticos, infecciosos y metabólicos. Además, es una prueba mínimamente invasiva y no genera efectos adversos en el organismo. La técnica de la resonancia magnética nuclear (RMN) se desarrolló durante la década de los años 70 por el estadounidense Paul Lauterbur y el británico Peter Mansfield. Perfeccionar la prueba y hacerla útil para el diagnóstico médico, especialmente en el área de la neurología, les convirtió en ganadores del premio Nobel de Medicina en 2003.

Compartir el artículo

stats