Avilés se rinde en este sábado caluroso a uno de sus vecinos ejemplares, el boxeador José Enrique Rodríguez Cal, Dacal II, en el 50º. aniversario de la consecución de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Munich.
Entre aplausos y lágrimas de emoción ha partido de la plaza de España la carrera de relevos en la que los participantes, muchos de ellos olímpicos, portan la antorcha de Barcelona’92, que fue la misma que Dacal trasladó en su momento en su recorrido por Asturias y desde entonces luce en el complejo deportivo de La Magdalena.
"Cuando salí de casa prometí no llorar. Lo siento, no lo he conseguido", ha dicho visiblemente emocionado Dacal a su llegada al Parche avilesino.
La carrera recorre las calles Rivero, Gutiérrez Herrero, Santa Apolonia, Avilés, Oviedo, Plaza Mayor, Río Nalón, Río Nora, Río Sella, La Toba y llega al polideportivo de La Toba.
Dacal, que sigue la carrera en un coche descapotable y es el último relevista, recibe allí su merecido reconocimiento con el descubrimiento de la placa con su nombre, el nuevo bautizo del polideportivo de La Toba, y de un busto elaborado por Favila.
El 7 de septiembre de 1972 el boxeador José Enrique Rodríguez Cal, «Dacal», protagonizó uno de los hitos del deporte avilesino: se colgó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Munich. Cincuenta años y dos días después de aquella hazaña, su ciudad se rinde ante él.