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Dacal se convierte en leyenda en Avilés

La ciudad rinde tributo al campeón en Múnich: "Eres un ejemplo", dice la Alcaldesa

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Emocionante homenaje de Avilés a Dacal en el 50º. aniversario de su bronce en Múnich Fernando Rodríguez

El campeón olímpico Enrique Rodríguez Cal "Dacal II" venció al cubano Rafael Carbonell en 1972 y se llevó a casa la única medalla que la delegación española consiguió en los Juegos de Múnich. Tenía 21 años –es de 1951– y una carrera incipiente que, al final, le ha convertido en leyenda. Aquel combate, lo ha contado muchas veces, había sido el más importante de su vida. Han pasado cincuenta años y Dacal anda ahora un poco apagado, pero ayer, tras el tributo que le rindieron los avilesinos, sus compañeros de su vida –la Asociación Atlética Avilesina–, tras el descubrimiento del busto que le ha hecho Favila, el boxeador renovó su espíritu: "Es uno de los días más felices de mi vida", dijo.

El polideportivo de Llaranes, donde compró piso cuando se trajo aquella medalla y empezó a trabajar en Ensidesa, lleva, por acuerdo municipal de este mes de junio, su nombre para siempre, un homenaje que la ciudad tardó en ofrecerle, pero que el campeón recibió con una emoción inconsolable. "Es un homenaje no sólo a Dacal, lo es a todo el deporte olímpico", destacó Ángela Pumariega, medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Londres, que ayer estuvo en Avilés. "Cuando salí de casa me prometí no llorar; lo siento, no lo conseguí", reconoció el campeón en el momento en que se bajó del taxi que le llevó de casa al Ayuntamiento, a la salida de la carrera de su homenaje.

Descubrimiento del busto de Dacal, en el complejo deportivo de La Toba que lleva su nombre. FERNANDO RODRIGUEZ

"Todos tus éxitos deportivos te avalan como una de las grandes leyendas del deporte español". Lo dijo Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español (COE) que, aunque no estuvo ayer en Avilés, quiso homenajear al medallista con un mensaje de audio que mandó a los organizadores. "Hemos querido organizar este homenaje que Avilés nunca brindó a ningún deportista", reconoció Mariví Monteserín, la alcaldesa de Avilés, cuando llegó el momento de los discursos, al pie de la peana que sustenta su busto. "La ciudad de Avilés a Enrique Rodríguez Cal ‘Dacal II’, referente del deporte avilesino. En el 50 aniversario de su medalla de bronce en boxeo en las Olimpiadas de Múnich de 1972".

"Este polideportivo es el de nuestro barrio", destacó una emocionadísima María Oliva Rodríguez, una de las hijas del más que emocionado deportista postrado en una silla de ruedas como consecuencia de la ELA que padece. "Una enfermedad de las duras que vencerá porque Dacal lleva un campeón dentro", destacó.

Todo esto pasó unos minutos antes de que la alcaldesa Mariví Monteserín y María José Rodríguez –la otra hija del deportista homenajeado– descubrieran el busto que hizo Amado González Hevia "Favila" y que preside el acceso al centro deportivo. "Dacal, era un deber para Avilés ofrecerte este acto de gratitud y reconocimiento a tu trayectoria deportiva, tu comportamiento vital y tu querencia por esta ciudad", confesó la regidora avilesina. Unas palabras que el campeón escuchó entre lágrimas.

Dacal se convierte en leyenda en Avilés

"Mi padre, que se emociona como un niño, me dijo que tenía que dejar claro su agradecimiento por el cariño que siente la ciudad por él. Lo intuía, pero lo ha confirmado desde que cayó enfermo", desveló también María Oliva Rodríguez. "Estoy muy nerviosa", confesó. Y ahí fue cuando recibió el ánimo del público que asistía al homenaje –muchas veces reclamado– al campeón candasín, avilesino de pasión. Y ahí fue también cuando su hermana María José se acercó hasta el micrófono para besarla, un beso que fue como el empujón que faltaba para concluir aquello que Dacal había querido decir ayer y su enfermedad se lo impidió. "Eres un ejemplo para todos nosotros, tienes nuestro respeto, nuestra admiración", añadió la Alcaldesa. "Eres un ejemplo y un motivo de honor para Avilés", concluyó la regidora.

Dacal, con su hermana. FERNANDO RODRIGUEZ

La fiesta de Dacal había empezado a las once de la mañana en la plaza de España. Allí Ángel Fernández, el "speaker", animaba el comienzo del homenaje mientras sonaba "Whatever you want" de los "Status Quo", la del estribillo que, en español, declara: "Cualquier cosa que quieras, / lo que sea que te guste, / cualquier cosa que digas".

Desde el primer momento, Juan Muñiz no pudo disimular el cariño que siente por Dacal. Fue el primer relevista. "Es una persona maravillosa. Cuando era niño hice guantes con él. Entrenaba en La Exposición cuando a las seis de la mañana tenía que ir a la panadería". El concejal corverano Rafael Alonso destacó "la humildad" del campeón. "Estar aquí, en su homenaje, es un grandísimo honor", reconoció. Algo parecido dijo sentir Alfonso Menéndez Vallín, medalla de Oro en tiro con arco en Barcelona, el encargado de devolver la antorcha al campeón en La Toba. "Este homenaje es la mejor iniciativa que se puede ofrecer al único campeón de Múnich", dijo Menéndez Vallín.

Dacal, al que los boxeadores del TOA le hicieron un pasillo a la entrada de "su" polideportivo, se rompió muchas veces en este día "feliz" de su homenaje, pero como con Rafael Carbonell hace 50 años, volvió a vencer.

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